MUTISMO SELECTIVO
Los niños con mutismo selectivo, cuando se encuentran con otros sujetos en las interacciones sociales, no inician el diálogo o no responden cuando les hablan.
Estos niños hablan en casa, en presencia de sus familiares más allegados, pero a menudo no lo hacen con amigos o familiares que no forman parte de su círculo más próximo (ni siquiera abuelos o primos). El trastorno está caracterizado por una elevada ansiedad social.
En ocasiones estos niños se comunican por medios para-verbales, como gestos, gruñidos o escritura.
CRITERIOS DIAGNÓSTICOS DSM-5
A. Fracaso constante para hablar en situaciones sociales específicas en las que existe expectativa por hablar (como en la escuela) a pesar de hacerlo en otras situaciones.
B. La alteración interfiere en los logros educativos o laborales, o en la comunicación social.
C. La duración de la alteración es como mínimo de un mes (no limitada al primer mes de escuela).
D. El fracaso para hablar no se puede atribuir a la falta de conocimiento o a la comodidad con el lenguaje hablado necesario en la situación social.
E. La alteración no se explica mejor por un trastorno de la comunicación, como el tartamudeo y no se produce exclusivamente durante el curso de un trastorno del espectro autista, la esquizofrenia u otro trastorno psicótico.
CARACTERÍSTICAS ASOCIADAS AL MUTISMO SELECTIVO
Los niños con este trastorno suelen presentar timidez excesiva, miedo a la humillación social, aislamiento y retraimiento social, rasgos compulsivos, negativismo, rabietas, comportamiento controlador (especialmente en casa).
Aunque sus habilidades lingüísticas son normales, el mutismo puede estar asociado con un trastorno de la comunicación, aunque no se ha identificado ninguna asociación concreta con algún trastorno especifico de la comunicación. Incluso cuando este trastorno está asociado, también existe ansiedad.
A los niños con mutismo selectivo se les suele diagnosticar de un trastorno de fobia social.