La ansiedad es un trastorno en el que el paciente tiene que luchar constantemente contra sus pensamientos catastrofistas. Los síntomas pueden inducirles a pensar en que van a morir. este miedo a morir se llama Tanatofobia.

Es debilitante, y suele conducir a un cuadro de depresión asociado a la sensación de agotamiento ante la constante preocupación por el malestar físico y psicológico que experimenta el paciente.

Lo característico de la ansiedad es que aparece de forma inesperada, los pacientes muchas veces no saben asociar el pensamiento ansiógeno que les ha llevado a la sintomatología física, y ésta es alarmante.

En muchos casos las personas creen que van a tener un ataque al corazón, les duele el brazo, el latido del corazón se acelera y pueden notarlo con facilidad.

Obviamente la persona que está pasando por una crisis de ansiedad no puede dar crédito a que un problema psicológico se asocie tan fuertemente con unos síntomas físicos tan agudos, y en muchas ocasiones acuden a urgencias.

Hay veces que esa visita a urgencias, con un diagnóstico de “ansiedad” no deja tranquila a la persona, que insiste en hacerse pruebas por temor a tener arritmias, o cualquier problema cardíaco.

Lógicamente visto desde fuera, si te dicen que tus síntomas son un ataque de ansiedad te deberías quedar tranquilo, pero no es raro que las visitas al hospital sean frecuentes.

La persona que tiene ataques de ansiedad cuando se van a dormir piensan que se van a morir por la noche, a veces tienen apneas, no directamente relacionadas con un trastorno del sueño (aunque siempre es necesario descartar una patología asociada a un trastorno del sueño).

En otras ocasiones el “miedo a quedarse dormidos” les mantiene un estado de activación que les hace difícil conciliar el sueño, con lo que terminan produciendo un bucle: falta de descanso, mayor ansiedad, cansancio y falta de energía.

La ansiedad puede ser uno de los trastornos en los que la persona se sienta subjetivamente más sola frente a su problema, aunque su entorno les de ánimos y se preocupen por ellos y les intenten dar consejos para bajar su estado de preocupación constante y nerviosismo, es una lucha personal, de uno contra su mente, contra sus pensamientos.

El tratamiento de la ansiedad necesita un paciente comprometido y dispuesto a seguir las indicaciones del terapeuta, aunque desgraciadamente los resultados no son inmediatos, pero poco a poco irá venciendo su trastorno de ansiedad.

El cambio de hábitos, la realización de ejercicio físico y el trabajo de modificación de pensamientos catastrofistas que producen ese miedo y desembocan en ansiedad, son la parte que tiene que hacer el paciente.

A todas aquellas personas que padecen esta situación de angustia les pido que recuerden la diferencia entre SER y ESTAR.

Ellos tuvieron momentos en los que este problema no existía para ellos, pero en este momento, por circunstancias muy diversas, están pasando un periodo de ansiedad.

Hay que revertir los pensamientos para volver a una vida en la que las preocupaciones sean más mundanas que sufrir un ataque al corazón, que la persona controle sus pensamientos y su vida y no esté permanentemente alerta ante la aparición de los síntomas de ansiedad, que debilitan su estado mental y físico.

UN PEQUEÑO CONSEJO ANTE UN ATAQUE DE ANSIEDAD: PRACTICA EL GROUNDING

El Grounding es una técnica sencilla que persigue mantener nuestra mente ocupada cuando aparecen pensamientos ansiógenos. Se trata de concentrarte en:

• Cinco cosas que puedas ver

• Cuatro cosas que puedas tocar

• Tres cosas que puedas oir

• Dos cosas que puedas oler

• Una cosa que puedas saborear

Pero no sólo enumerar, hay que concentrarse plenamente en cada una de las cosas propuestas, y si aparecen los “malos pensamientos” pues se hace como con las moscas: “quita que estoy ocupado”. Pruébalo, es sencillo, pero consigue concentrar tu mente en otra cosa mientras nos atacan los malos pensamientos.