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ANSIEDAD, DEPRESIÓN: LAS RECAÍDAS

El término que describe una recaída en las enfermedades, y también en ansiedad y depresión es RECIDIVA.

Muchas personas que han pasado por un trastorno ansioso-depresivo grave y han tenido una remisión completa (están perfectas), al cabo del tiempo vuelven a experimentar síntomas parecidos y comienza un bajón anímico en el que parece que vuelve a empezar la pesadilla.

En realidad lo que está ocurriendo es que tras un periodo de tranquilidad y de bienestar emocional “algo”, una situación, un periodo de tiempo más agitado o tres discusiones más de la cuenta, hacen que la persona tenga ALGUNOS síntomas de cómo se encontró en el pasado.

Y aquí está el auténtico problema: comienza a hacerse la bola de nieve.

Vuelve el terror por volver a vivir aquellos momentos de síntomas somáticos de la ansiedad (falta de aire, sudoración, parestesias, mareos, sensación de ataque al corazón, angustia).

A ello le sigue el pensamiento obsesivo por estos síntomas y la hipervigilancia, interpretando cualquier síntoma somático como un “vuelta a empezar”.

De ello se generan sentimientos de angustia, tristeza, falta de ganas de hacer cualquier cosa (apatía), miedo y una intensa preocupación.

Y ya se sabe: una persona que se siente así actúa con tendencia al aislamiento, miedo a salir y “que le de un ataque de ansiedad”, y en general comienza a repetir conductas del pasado.

¿Tiene un trastorno ansioso-depresivo? no. Tiene un cerebro con memoria, y un poco puñetero (oye, que siempre saca primero lo malo), y ante esta situación pone en movimiento todos los pensamientos y sentimientos propios de aquel momento.

¿Qué es lo que podemos hacer? TRANQUILIDAD.

Como siempre: papel y boli, y a escribir. Sacar de la cabeza y poner en papel nuestras ideas nos ayuda a ordenarlas.

Probablemente el momento del pasado que nos llevó a tener un trastorno ansioso-depresivo estaba motivado por unas causas que ya no existen. Lo que fue un desastre ahora es un contratiempo y lo tenemos que tratar en su justa medida.

Unas sesiones de terapia pueden ser muy útiles para evitar la recidiva. Es como el que necesita unas clases de conducir para quitarse el miedo.

Con ello trabajamos para apartar estos pensamientos y atacar las conductas asociadas, asi como volver a trabajar lo que hacemos con los síntomas físicos de la ansiedad (lo mismo que con el dolor de un dedo que te das con una silla: pasar de ello hasta que deje de doler).

No dejes que un contratiempo te lleve a una recidiva. A veces la experiencia de un trastorno ansioso-depresivo es tan traumática que sólo pensar en volver a pasar por lo mismo nos empuja a lo peor.