Durante una relación puede haber ocasiones en las que el hombre o la mujer (más veces la mujer), sientan que no tienen deseo sexual.
El primer factor es la maternidad y lactancia. El cansancio y la necesidad de tener todos los recursos y atención dirigidos al recién nacido, hace que baja la líbido. También sucede por otros cambios hormonales, como la menopausia
Para situaciones en las que la causa no es hormonal ni una relación tensa en la pareja, la baja autoestima y el sentimiento de culpa son los dos grandes inhibidores del deseo sexual, pero en ellos subyacen otras causas como:
1. Los miedos: no dar la talla, fallar, ridículo, rechazo, mostrar el cuerpo, posibilidad de un embarazo, miedo a enfermedades de trasmisión sexual
2. Las ansiedades: la principal es el orgasmo como meta de una interacción sexual
3. La falta de tiempo, estrés y preocupaciones
4. Los enfados y conflictos
5. Los tabúes y prejuicios
6. La falta de comunicación: no hablar abiertamente sobre lo que nos gusta, no compartir intimidad, no hacer partícipe a la otra persona de nuestra vulnerabilidad
7. La falta de ilusión y pasión por la vida: una actitud negativa, pesimista, apática y rutinaria
8. La ignorancia sobre el cuerpo y la experimentación, base de todo el conocimiento del placer y de mantener debidamente erotizado el cuerpo
9. Medicamentos: algunos ansiolíticos, antidepresivos o fármacos para el tratamiento de la hipertensión arterial pueden tener incidencia en la libido
