Las pautas de crianza actuales han experimentado grandes cambios.
Actualmente los padres poseen mucha información, tanto por parte de las matronas que las atienden durante todo el embarazo, como por su búsqueda activa de todo lo referente a la crianza de los niños.
En este punto pueden aparecer serias fricciones con los abuelos.
Generaciones anteriores no disponían de tanta información, y las que iban guiando la crianza de los niños eran las abuelas de los bebés. Los nuevos progenitores confiaban en las formas en las que éstos habían criado a sus hijos y seguían sus consejos.
Esta situación de “experto cualificado” que tenían las abuelas anteriormente ha desaparecido, y la adaptación al cambio en las formas de comprender la crianza en los nuevos padres lleva muchas veces a fricciones con los abuelos.
A veces resulta complicado aceptar las nuevas formas de crianza, y vemos desde abuelos que directamente ignoran los deseos de los nuevos padres a los que hacen críticas despectivas respecto a los nuevos planteamientos.
También los hay que aceptan este nuevo orden de cosas de forma respetuosa, pero seamos sinceros: no se lleva bien que te quiten el título de experto que pensabas que ibas a tener.
En este punto llegamos a la situación de la necesidad de poner límites por parte de los nuevos padres.
Poner límites engloba 2 conceptos:
La negociación entre ambos progenitores sobre lo que va a estar permitido o no
El diálogo con los abuelos sobre lo que no quieren que forme parte de la crianza de sus hijos
NEGOCIACIÓN ENTRE LOS NUEVOS PADRES
Ambos padres pueden tener ideas diferentes sobre la permisividad en aspectos de la crianza de los niños. Es importante llegar a un consenso.
Si no actúan como un bloque, aparecerán roces y reproches entre la pareja. Lo que es no es no, para todas las circunstancias y para todas las personas.
El diálogo, los pros y los contras de cada decisión, la negociación es fundamental para llegar a un entendimiento desde el primer momento.
Es importante comprender que no hay una opinión más cualificada que la otra, si la madre actúa como la que toma las decisiones finales, puede provocar un distanciamiento y dificultades para involucrarse por parte del padre.
Si es el padre el que impone unas condiciones, la madre puede sentirse una mera figura de alimentación y cambio de pañales y sentirse ajena a la crianza del niño (puede llegar a tener dificultades para establecer el vínculo emocional).
Los padres deben ser conscientes que todos los abuelos son iguales: lo que no se consiente en una casa, no se consiente en otra. Sin excepciones
NEGOCIACIÓN DE LOS PADRES CON LOS ABUELOS
Una vez establecidas las líneas rojas (“red flags”) respecto a aspectos básicos en la crianza de los niños, es importante que los nuevos padres hablen con los nuevos abuelos.
Sería muy recomendable que en esa conversación estuvieran ambos progenitores para evitar la típica suspicacia (“esto te lo ha mandado decir tu pareja”, y cositas por el estilo).
La pareja de forma amable y firme expone sus decisiones sobre la crianza de su hijo, y pide a los abuelos que se involucren en sus decisiones.
Tal vez consideren que no son adecuadas, en cualquier caso son decisiones de unos padres que quieren lo mejor para su hijo.
Explicar que romper determinadas reglas puede confundir a los niños que luego pidan determinados privilegios, comidas, dulces, pantallitas cuando vuelven con sus padres, es lo peor que un abuelo puede hacerle al nieto y a sus propios hijos.
FRASE DE ABUELOS: “LOS PADRES EDUCAN LOS ABUELOS MALCRIAMOS”
A ver, señores, seamos serios. ¿Qué tipo de expresión es ésta?
¿Intentamos dinamitar los esfuerzos por educar de nuestros hijos? ¿Los desautorizamos?
Le expresión correcta es: “los padres educan, los abuelos disfrutan”. No es necesario contravenir todas las reglas para que los niños quieran a los abuelos.
Los abuelos saben historias, tienen paciencia, escuchan, tienen el tiempo de jugar y eso es disfrutar.
LA EXPRESIÓN PROHIBIDA: ESTO ES UN SECRETO
Los padres tienen que enseñar a los niños que en casa no hay secretos, que no pueden tener secretos.
Lo típico de los abuelos “toma un donuts, pero no se lo digas a tus padres”, debe estar prohibida, terminantemente, tajantemente.
El que le de un donuts tampoco va a recibir 30 latigazos, tal vez un mamá, por favor, no le des dulce, que no queremos que se acostumbre, por favor, apóyanos en esto, puede ser suficiente.
Explicar a los abuelos y demás allegados el porqué de la prohibición de “esto es un secreto” es una forma de proteger a nuestros hijos en un futuro.
Un secreto puede ser un acoso escolar, un abuso sexual, etc. Siempre el adulto empleará el “esto es un secreto”. Borrar esta expresión, es una protección para nuestros hijos.
¿Quieres leer más sobre Psicología Perinatal y pautas de crianza? pulsa este enlace:
Leer más sobre Psicología Perinatal