¿PODRÍA SER AMOR?
Una vieja polémica, aún no resuelta, es la que intenta distinguir al amor de otros estados emocionales y sentimientos como la atracción, el gustarse y el simple “enamoramiento”:
¿Es cualitativamente similar a los demás tipos de atracción interpersonal, con diferencias cuantitativas de intensidad, o es una realidad psicológica distinta y específica?
Y, por otro lado ¿son todos los tipos de amor similares o tienen características diferenciales?
Tradicionalmente, la psicología científica ha defendido diferencias cualitativas entre el amor y la atracción, así Rubin presentó una escala diferenciadora del amor y la atracción, siendo los elementos cruciales los siguientes:
La atracción exige:
a) una evaluación favorable del otro (admiración)
b) respeto y confianza
c) percepción de semejanza (sentirnos parecidos);
El amor comprende:
a) una necesidad de estar con esa persona (apego)
b) una tendencia a prestarle ayuda aún cuando esto exija un sacrificio
c) un deseo de intimidad y exclusividad.
Por sexos, en los hombres se establece una mayor correlación (0,56) entre el amor y la atracción que en las mujeres (0,36), distinguiendo más claramente éstas ambos sentimientos y siendo más probable que una mujer se enamore de un hombre que no le gusta que a la inversa.
En concreto, hay tres importantes consideraciones que diferencian la atracción y el amor:
a) La fantasía: Las personas se sienten atraídas por quienes las gratifican, pero quienes aman pueden hacerlo a personas que realmente las gratifican o que las gratifican en sus fantasías (esto puede llevar, claro está, a la pasión y a la “ceguera”, enamorándonos de una criatura perfecta que nos proporciona una gratificación ilimitada... lo cual lleva fácilmente al desengaño.
Así nos convencemos de que la persona amada posee cualidades extraordinarias, lo cual –con la convivencia– puede desinflarse o, como todos los espejismos, desvanecerse y, llevar a la ruptura si el único fundamento de la relación era este espejismo o ceguera).
b) El tiempo: La clave del verdadero amor la da el tiempo; el verdadero amor se consigue luchando contra el tiempo, habiendo desaparecido, incluso, la pasión, fortaleciéndose con las gratificaciones reales y no con las fantaseadas.
c) La sensatez: La atracción suele ser un fenómeno sensato, mientras que el amor –sobre todo el apasionado– no suele acogerse a normas sensatas, puesto que es algo más emocional que racional, aunque –para que funcione– no debe llegar a la “locura de amor”
Ciñéndonos más al amor de pareja (“apasionado” o “romántico”) Hatfield y Walster lo definen como “un estado de intenso deseo por la unión con otra persona” con las siguientes características:
a) Es un estado cargado de emociones y de excitación fisiológica general (atracción, deseo sexual, celos, enfado, ambivalencia y malestares por ausencia o nimiedades) fácilmente evidenciables
b) Con pensamientos recurrentes y característicos sobre la persona amada (idealización, temor al rechazo/abandono)
c) Con patrones peculiares de conducta, verbales y no verbales
LA DISTINCIÓN ENTRE EL ENAMORAMIENTO Y EL VERDADERO AMOR
Debe distinguirse entre el verdadero amor y la pasión, describiéndose el primero como maduro, duradero y sensible, frente a la pasión que se describe como infantil, caprichosa e irracional.
De igual modo se diferencia del efímero amor romántico, siendo el amor verdadero más realista y duradero y más propio de las personas casadas que de las solteras. De hecho nadie puede mantener por mucho tiempo el mito y el irrealismo ideal que se fabrica durante el enamoramiento romántico y la pasión.
Se plantea que el amor romántico-apasionado es un fenómeno en su mayor parte de creación cultural, es decir, una forma cognoscitiva de calificar fuertes emociones con sustrato hormonal, que toma sentido del contexto social y no del contenido fisiológico de la excitación.
En este marco, para que se dé el enamoramiento –flechazo–apasionado, el sujeto tiene que:
a) haber aprendido en su cultura que el amor es algo socialmente apropiado
b) tiene que aparecer otra persona que en la realidad o en la fantasía reúna las características adecuadas para ser el objeto de nuestro amor
c) ha de haber un estado de excitación emocional relacionado con la otra persona .
¿Es el componente sexual uno de los elementos diferenciadores?, la respuesta es que este componente no es clarificador, siendo más importante las emociones intensas y cómo se interpretan éstas