Es la relación de mutua confianza que se establece entre el psicólogo y el paciente con el objetivo de conseguir el bienestar de este último.
Entre el psicólogo y el paciente se debe conseguir tener una buena relación empática: se deben comprender: el paciente tiene que poder hablar con tranquilidad, de forma relajada, sabiendo que no es juzgado en ningún momento, que es comprendido por su terapeuta, que utiliza esa información para detectar aquello que debe ser modificado para conseguir la esperada mejoría