SOLEDAD TRAS LA RUPTURA


La ruptura de una relación un proceso de duelo, es una pérdida.

Los motivos de la ruptura quedan un poco desdibujados ante los sentimientos personales: fracaso, miedo a la soledad, miedo al futuro, culpa, búsqueda de los errores.

Algunas personas cuando se rompe una relación se lanzan a la desesperada a la búsqueda de otra relación, tienen miedo a pasar su “desierto” personal y se meten en algunos charcos más navegables que el río Guadalquivir. Estas situaciones provocan sensación de tener mala suerte, pensar que “ya” no hay nadie que merezca la pena y cosas más absurdas y terribles.

Esta forma de enfocar la soledad lleva inevitablemente a una situación aún peor que la ruptura. Soledad más Fracaso.

Otras personas viven con la esperanza de un reencuentro, se obsesionan, espían las redes de su ex-pareja y no avanzan. El máster en espionaje les debía dar puntos para la Interpol, pero aparte de eso, no hay más que revolcarse en el dolor.

Es complicado que la persona acepte el refrán de “más vale solo que mal acompañado”. Cuesta que se den cuenta, porque les da miedo aceptar la soledad. En el momento que asumen esa realidad, que son libres para construir su vida, estaremos sembrando el camino.

La soledad no deseada es terrible, es como tener dependencia de otras personas, no sentirse capaz, no tener la valentía de diseñar un futuro con el que tal vez soñaron en algún momento.

Cuando se empieza a vivir de forma plena, eligiendo, disfrutando de uno mismo, de nuevas formas de ocio, de las amistades, de no tener más problemas que los que uno mismo se crea, esa sensación de soledad desaparece. No necesitar es el punto clave de la ecuación. Después vendrán cosas, si uno quiere y le apetece, pero para entonces la persona ya no le tendrá miedo a la soledad y no se conformará con cualquiera antes de la soledad.

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