los estudios muestran la mitad de los niños están en ocasiones directamente implicados en el acoso escolar como autor, víctima, o ambas cosas. Muchos de los que no participan directamente son testigos de alguien que es intimidado regularmente.
Como padres tenemos el poder para ayudar a reducir la intimidación. Aquí están las diez acciones que usted puede tomar para reducir la intimidación:
Hable con y escuche a sus hijos
Los padres suelen ser los últimos en saber cuándo sus hijos han sido autores o víctimas de intimidación.
Los padres deben participar e interesarse por la vida social de su hijo, preguntarles por cómo pasan el tiempo en clase y el recreo,, con quien comen, quienes son sus amigos, etc.
Si su niño se sienta cómodo hablando acerca de sus compañeros antes de que esté implicado en un caso de intimidación, será mucho más probable que haga partícipes a sus padres de este tipo de situaciones.
Sea un buen ejemplo de la bondad y el liderazgo.
Los hijos aprenden mucho sobre las relaciones viéndolo a sus progenitores.
Cuando se enfada con un camarero, un empleado de ventas, otro conductor en la carretera, o incluso con su hijo, usted tiene una gran oportunidad de modelar técnicas de comunicación eficaz. Cada vez que habla con otra persona de una manera enfadada o abusiva, le está enseñando a su hijo que la intimidación es tolerable.
Aprende los signos.
La mayoría de los niños ocultan que han sido intimidados. Por lo tanto, es importante que los padres y los maestros aprendan a reconocer los signos de víctimas frecuentes, como la pérdida de pertenencias personales, las quejas de dolores de cabeza o dolores del estómago, evitando el recreo o las actividades de la escuela, y tratar de llegar a la escuela muy tarde o muy temprano.
Ante la sospecha que un niño puede estar siendo intimidado, hay que hablar con el tutor del niño para buscar una manera de observar sus interacciones sociales para determinar si las sospechas podrían ser ciertas.
Hablar directamente con su niño acerca de la situación es fundamental, aunque a veces los niños quieren ocultar a toda costa la situación.
Crear hábitos saludables contra la intimidación a temprana edad.
Hay que desarrollar hábitos contra la intimidación y la victimización en los hijos, tan pronto como sea posible.
Enseñar a sus hijos lo que no se debe hacer - golpes, empujones, bromas...
Ayudar a su niño a entender cómo se siente ser el receptor de estas acciones (por ejemplo, "¿Cómo crees que te sentirías si te pasaría a ti?"). Estas estrategias pueden mejorar la empatía por los demás.
Igualmente hay que enseñar a los hijos qué hacer: la bondad, la empatía, el juego limpio, y tomar turnos son habilidades críticas para las buenas relaciones entre niños.
Los niños también necesitan aprender cómo decir "no" firmemente, y cómo evitar comportarse mal con los demás. El enseñar a su hijo acerca de qué hacer si otros niños están actuando mal: encontrar a un adulto inmediatamente, decirle al niño que está burlando o intimidando "ALTO", caminar y salir de la situación, etc.
Una buena idea es simular con su hijo situaciones en las que se pueda sentir intimidado y ver cómo reaccionaría (role-playing).
Ayude a la escuela de su niño a reducir la intimidación de manera eficaz.
Si sus hijos han sido intimidados o no, usted debe saber lo que su escuela está haciendo para enfrentar la intimidación, los programas específicos de protocolo contra el Acoso Escolar disponible en todos los centros educativos.
Investigaciones muestran que reglas de "cero-tolerancia " no son eficaces. Funcionan mejores programas educativos que ayudan a crear un clima social sano en la escuela.
Establezca reglas en el hogar sobre la intimidación.
Sus hijos necesitan escuchar de forma explícita que no es normal, o tolerable, intimidar a gente, ser intimidado, o dejar que otros niños sean intimidados.
Asegúrese que sus hijos sepan que, si son intimidados física, verbal, o socialmente (en la escuela, por un hermano, en su vecindario, o en por el Internet) es importante que le digan a usted y que usted les ayudara.
También necesitan saber qué significa ser abusón (muchos niños no saben que están intimidando a otros), y ese comportamiento es perjudicial para otros, y no es aceptable.
Usted puede ayudar a sus hijos a encontrar otras maneras de ejercer su poder personal, su posición, y el liderazgo en la escuela.
Enséñele a su hijo cómo ser un buen testigo. Los niños que son testigos de la intimidación se sienten impotentes y raramente intervienen. Sin embargo, los niños que toman medidas de actuar pueden tener un poderoso efecto positivo sobre la situación.
A pesar de que un niño nunca tiene la responsabilidad de ponerse a sí mismo en peligro, los niños pueden efectivamente parar una situación de acoso avisando a un adulto.
Los niños también pueden ayudar a otros siendo un apoyo para la víctima, no dando atención especial al niño abusón.
Enséñele a su niño acerca de la intimidación por Internet.
Esta intimidación incluye el envío de mensajes desagradables, vulgares, amenazantes, así como imágenes de otros compañeros sin su consentimiento, pretender ser otra persona con el fin de hacerle daño, e intencionalmente excluyendo a alguien de un grupo en el Internet.
Estos actos son tan nocivos como la violencia física y no deben ser tolerados. A más tiempo que un adolescente pasa en Internet, es más probable que sean víctimas de la intimidación , por eso, es importante limitar el uso de redes sociales,
No dude en afirmar que la intimidación no debe ser una parte normal de la infancia.
Algunos adultos dudan en actuar cuando observan o escuchan acerca de la intimidación, porque piensan que la intimidación es una fase típica de la infancia que debe ser soportada o que pueden ayudar a los niños "endurecerse".
Es importante para todos los adultos comprender que la intimidación no tiene que ser una parte normal de la infancia.
Todas las formas de intimidación son perjudiciales para el autor, la víctima, y para los testigos, y los efectos pueden durar por mucho tiempo, hasta la edad adulta (y pueden incluir la depresión, la ansiedad, el abuso de sustancias, la violencia familiar y comportamiento criminal).
Los esfuerzos para enfrentar eficazmente la intimidación requieren la colaboración de la escuela, el hogar, y la comunidad.