Las benzodiacepinas son fármacos de gran eficacia para el tratamiento de la ansiedad. También se utiliza para facilitar el sueño, son utilizados como relajantes musculares y anti convulsionantes en el tratamiento de la epilepsia.
El problema es que algunas personas utilizan las benzodiacepinas para mitigar la ansiedad sin atender a la parte psicológica necesaria para que se supere el trastorno.
Es como si tenemos un tumor cerebral y nos tomamos una pastilla para el dolor de cabeza. Los síntomas desaparecen, pero el problema no.
Por ello, para dejar la adicción a las benzodiacepinas, se requerirá un tratamiento psicológico que trabaje sobre el problema (ansiedad) y no sobre el síntoma físico, aunque la retirada debe ser siempre progresiva. Es cambiar química por nuestro propio manejo de la ansiedad.
El uso de benzodiacepinas puede llevar al abuso de benzodiacepinas, en el que la persona las necesita, no para calmar la ansiedad, sino para evitar la ansiedad.
EFECTOS ADVERSOS DE LAS BENZODIACEPINAS
Somnolencia
Debilidad
Dificultad de concentración
Disminución coordinación motora
Disartria
Vértigo
Ataxia (trastornos equilibrio y de la marcha)
Amnesia anterógrada
Sueños vívidos, pesadillas
Efectos paradójicos (inquietud, irritabilidad)
Insuficiencia respiratoria
Síndrome confusional
La suspensión brusca de un tratamiento con benzodiacepinas provoca un síndrome de abstinencia que depende del tiempo de tratamiento, dosis y susceptibilidad del paciente.
Este problema no se presenta cuando se procede a una retirada lenta y gradual del fármaco