El apego a la madre o cuidador primario es sólo uno, el primero de tres apegos verdaderos que ocurren en la vida.
El segundo sería en la adolescencia tardía, la búsqueda del segundo objeto: la pareja.
El tercero sería hacia el hijo o hijos.
Se pueden apreciar dos enfoques hacia los estilos de apego y su influencia en las relaciones interpersonales
la historia de un individuo podría influir en su estilo de apego hacia parejas románticas durante la edad adulta, en los que la adquisición de respeto y de confianza (en uno mismo y en los demás) serán buenos predictores de la satisfacción amorosa adulta .
RELACIONES ROMÁNTICAS
Hazan y Shaver han propuesto la "Teoría del apego sobre relaciones amorosas" en la que, establecen un paralelismo entre el tipo de relación amorosa adulta y el tipo de apego a la madre en la infancia. Ese vínculo niño-madre tenderá a reproducirse en la relación amorosa adulta futura.
Aunque deja abierta la posibilidad del cambio en la socialización. Muchas formas de intimidad en las relaciones amorosas adultas (lenguaje, cogerse de la mano, abrazarse, etc.) son reminiscencias del contacto con los padres.
Los amantes adultos se turnan en la interpretación de los roles de niño-a y padre-madre.
Hay estudios que marcan las diferencias en la idealización de la pareja, en función de los estilos de apego. Los más idealizadores son los "amantes ansiosos"; los amantes "evitadores" son los que menos idealizaban a su pareja, mientras que los amantes "seguros" mostraban un nivel intermedio de idealización.
Por otro lado los "amantes posesivos" son más idealizadores que los "amantes compañeros", siendo los más idealizadores los "amantes lúdicos". Se ha constatado que la fidelidad sexual presenta una elevada correlación con el estilo amoroso "maniaco" o "posesivo".
Respecto a la satisfacción, los "pasionales" tienden a resultar los de mayor satisfacción amorosa, mientras que los "posesivos" aparecen como los de menor satisfacción tanto amorosa como sexual.
De esta forma, algunas características que se presentan en las relaciones íntimas que establecen las personas tienen mucho que ver con sus estilos de apego individuales.
Las personas con estilo seguro tienden a desarrollar modelos mentales de sí mismos como amistosos, afables y capaces, y de los otros como bien intencionados y confiables, ellos encuentran relativamente fácil intimar con otros, se sienten cómodos dependiendo de otros y que otros dependan de ellos, y no se preocupan acerca de ser abandonados o de que otros se encuentren muy próximos emocionalmente.
Las personas con estilos ansiosos tienden a desarrollar modelos de sí mismos como poco inteligentes, inseguros, y de los otros como desconfiables y reacios a comprometerse en relaciones íntimas, frecuentemente se preocupan de que sus parejas no los quieran y sienten temor al abandono.
Los de estilo evasivo, desarrollan modelos de sí mismos como suspicaces, escépticos y retraídos, y de los otros como desconfiables o demasiado ansiosos para comprometerse en relaciones íntimas, se sienten incómodos intimando con otros y encuentran difícil confiar y depender de ellos.