He de confesar, como psicóloga que me encanta trabajar con “aspis”. Me parecen personas interesantes, sinceras (hasta lo que socialmente puede resultar inadecuado) y con un inestimable valor como personas por la fortaleza de sus convicciones y su “pasión por sus pasiones”.
Las personas con Asperger tienen como denominador común la dificultad para desenvolverse socialmente.
Sus habilidades sociales son muy limitadas y tienen serias dificultades para comprender las emociones de los demás (el cinismo no entra en su repertorio de formas de interacción).
Esta dificultad en las relaciones hace que no les guste la interacción con grupos numerosos de personas, y suelen tener núcleos reducidos de amigos (ahora, quien tiene un amigo aspi tiene un tesoro….mientras no le falles).
Son personas que muestran una rigidez de pensamiento (fantástico reto en terapia), que muestran un inusitado interés por áreas de conocimiento muy limitadas, y de lo que les gusta son auténticos expertos.
El resto de los temas no les interesa, no pierdas el tiempo intentando hablarle de lo que a ti te gusta, porque ellos “han venido a vender su libro”.
Habrá quien piense que sólo piensan en ellos mismos, que van a lo suyo, que ni siquiera hacen el esfuerzo por mostrar un mínimo interés por los temas que les interesan a los demás.
Pues sí, es cierto, sin trampas ni cartón. Estas son las reglas del juego con un Asperger, y es también parte del trabajo terapéutico: saber desenvolverse socialmente, o lo que viene siendo saber decir que sí de vez en cuando en una conversación que nos interesa “un pito” y que los demás escuchamos estoicamente, porque no queda bien el: “vaya rollo que me estás largando”.
Los Asperger, por su rigidez e inflexibilidad, adoran las rutinas, no les gusta mucho las sorpresas o los cambios de planes, porque necesitan reorganizar la mente: la espontaneidad para cambiar estrategias y planes les cuesta muchísimo.
La espontaneidad para decirte que te has puesto “fondón” lo manejan perfectamente (y a veces tanta sinceridad nos puede resultar incómoda). Ayudarles a no expresar abiertamente lo que piensan, porque involuntariamente pueden herir sensibilidades, es otro reto al que nos enfrentamos en el tratamiento.
Esa rigidez y anclaje en las rutinas les aporta seguridad y sensación de control, que bien visto, aunque la rigidez terrible, simplemente es una forma de autorregulación.
Muchos de ellos tienen hipersensibilidad a estímulos ambientales, como luces, ruido, olores, etc.
Recuerdo un caso, fuera de consulta, de una amiga que me escribió para consultarme sobre su hijo. El niño de aproximadamente 6 años, tenía pasión por las lavadoras y se pasaba horas observándolas.
Un día mi amiga me mandó los dibujos que había hecho su hijo (obviamente todos eran lavadoras) y me quedé perpleja por la precisión de los dibujos: tenían detalles que yo ni siquiera había observado que tuvieran las lavadoras, y encima las dibujaba tridimensionales, era absolutamente increíble.
Ese niño cuando iba a “un cumple” directamente los amigos le llevaban, ya sin preguntar, a la cocina, a ver la lavadora, y allí se pasaba la tarde tan entretenido. Creció, empezó una ingeniería y tan contento con su mundo en el que espero haya incorporado más electrodomésticos en su repertorio.
Es importante saber y tener en cuenta la literalidad de los Asperger: procesan la información como si se tratara de una ecuación matemática, no captan los dobles sentidos, las ironías o la mayoría de los chistes (y si alguno te cuesta un chiste, ten por seguro que no lo vas a entender mientras él/ella se parte de risa)
Y todas estas características de los Asperger les hacen especiales. Para muchas personas esa literalidad, franqueza, falta de habilidades sociales representa una amenaza: no lo comprenden y realmente, si reflexionamos sobre ello,
¿Por qué una persona que no es Asperger no puede utilizar la teoría de la mente para comprender y aceptar las características que ellos tienen?
¿No somos nosotros un poco cobardes para enfrentarnos a una dosis bienintencionada de franqueza?
Nosotros, que presumimos de ser empáticos, comprensivos, inclusivos ¿hacemos un esfuerzo para aceptar una forma de procesar la información diferente a la nuestra?
Trabajar con Asperger es maravilloso, pueden llegar a incluir en su repertorio habilidades sociales si las llegan a comprender (que no compartir).
Pueden tener una buena socialización con un trabajo que requiere pico y pala para vencer la rigidez mental. Hay que ayudarles a gestionar sus ataques de ansiedad, que pueden, en algunos casos, llegar a la agresividad.
Como conclusión, es una terapia en la que el psicólogo se siente especialmente involucrado, porque es ayudar a una persona a adquirir sus propias herramientas sociales, a no aislarse, a creer en ellos mismos, a aprender que “no son bichos raros”, son personas geniales, en los que yo destacaría que la virtud de la franqueza puede llegar a convertirse en su peor enemigo.
Antony Hopkins, Bill Gates, Keanu Reeves, Isaac Newton son ejemplo de personas Asperger, y “ni tan mal” diría yo.
Gracias a mis pacientes aspi porque suponen una inmensa fuente de motivación profesional. . Con todo mi respeto, con toda mi admiración, jamás intentaría cambiaros, porque sois increíbles. Tan solo haceros más llevadero algunos aspectos que a veces os hacen sufrir.