¿Te paraliza la inseguridad? ¿Ante un problema con dos alternativas no sabes cuál elegir?
Hay personas muy impulsivas que toman decisiones rápidamente y otras que simplemente no las toman por miedo a equivocarse.
Ya no es cuestión de ser una persona prudente y reflexiva. Hablamos de personas que siempre dudan pensando que van a elegir mal, que probablemente la decisión descartada sea la correcta.
A simple vista parece un problema menor, total, la indecisión está a la orden del día, y las personas indecisas nos desquician sólo cuando tienen que elegir su comida en un restaurante (Sí, ese "momentazo" en que tiene que armarte de paciencia infinita después de que se haya leído siete veces la carta).
Sin embargo el indeciso tiene un problema mayor que esa banalidad: sufren porque creen que siempre pierden, jamás se encuentran satisfechos con la decisión tomada y suelen volver la vista atrás pensando que "lo otro era mejor" (lo otro en un plano teórico, claro, porque no lo han llevado a la práctica).
Normalmente su falta de seguridad les lleva a preguntar a otras personas antes de tomar una decisión, que es una forma de eludir la responsabilidad de sus actos, y eso les hace incrementar aún más su falta de confianza en su capacidad de decisión.
Las consecuencias para la persona son nefastas porque les anula y les hacen perder infinitas posibilidades de vivir y de progresar en la vida (elegir pareja, decidir tener niños, cambios de trabajo, dónde ir de vacaciones, llamar o no llamar, ir o no ir, hacer o no hacer....así hasta el infinito.
Afortunadamente existen técnicas psicológicas que ayudan a estas personas a "aprender" a tomar soluciones, a través de unos pasos estructurados, que serían en realidad los mismos que toman el resto de las personas de forma automática:
La realización de estos sencillos pasos dota a la persona de cierta tranquilidad al sistematizar el problema. Normalmente se comienza haciendo con ayuda del terapeuta hasta que la persona lo realiza de forma espontánea.