Nuestra competencia social pasa por tener una buena capacidad asertiva, es decir, saber poner límites o negarnos a aquello que consideramos inadecuados, de forma firme pero educada.
Parece mentira, pero a muchas personas les cuesta ejercer la asertividad; a veces por miedo a resultar hostiles, otras por temor a que la otra persona se enfade…
En realidad, ser asertivo es respetarse a uno mismo, igual que respetas a los demás. Seguramente si lo piensas, aceptas de los demás un “no” con más facilidad del que tu tienes para expresarlo.
Te podemos ayudar a entrenar tus respuestas asertivas. Algunas formas son:
1. Asertividad Positiva: Consiste en expresarle algo positivo a otra persona. Por ejemplo: “Me gusta cómo lo has hecho”, “te considero muy valioso para mi”, “te agradezco que te hayas acordado de mi”.
2. Respuesta asertiva espontánea: La das cuando te ves invadido por otros (te interrumpen, descalifican o desvalorizan). Por ejemplo: “Déjame que acabe y después hablas tu” . La respuesta asertiva sería “no necesito que me digas lo que tengo que hacer”. Estas respuestas se dan con voz firme y clara, pero no agresiva.
3. Respuesta asertiva escalonada: Cuando la persona no se da por aludida a pesar de nuestros mensajes asertivos, se hace necesario aumentar escalonadamente, con paciencia y firmeza nuestra respuesta inicial.
4. Respuesta asertiva empática: Se trata de ponerse en el lugar del otro para darle a entender que comprendemos su punto de vista y desde ahí hacerle comprender el nuestro.
5. Estrategia asertiva de los 4 pasos: Es una de las estrategias más eficaces para resolver conflictos de relaciones. El primer paso es identificar el comportamiento que no nos gusta; el segundo, comunicar cómo nos hace sentir ese comportamiento; el tercero, mostrar nuestra preferencia por otro tipo de comportamiento; y el cuarto, reforzarle a esa persona si cambia y hace lo que le pedimos. Por ejemplo: “Cuando tu me gritas (1), me haces sentir mal (2), por ello te ruego que bajes el tono de voz (3), y yo te haré más caso a lo que me digas (4)”.
6. Respuesta asertiva frente a la agresividad o sumisión: Consiste en hacerle ver al otro las consecuencias que tiene en ti su comportamiento y sugerirle otro más adecuado. Por ejemplo ante una persona agresiva que trata de imponer su punto de vista: “Veo que estás enfadado y no me escuchas, ¿por qué no te paras un momento y escuchas lo que te quiero decir?”. Frente a una persona sumisa: “Como no te expresas, me confundes un poco. ¿Podrías comentarme tu punto de vista?
La asertividad no se trata de imponer ni de ceder, sino de encontrar un equilibrio entre el respeto por los demás y el respeto por uno mismo.
Recuerda que la asertividad se entrena. Cada vez que eliges expresarte con claridad y respeto , estás dando un paso hacia relaciones más sanas y una comunicación más auténtica.