Existen muchas causas para el fracaso escolar, pero en la mayoría de las ocasiones, detrás hay un problema de aprendizaje.
Los niños con problemas de aprendizaje suelen tener un nivel de inteligencia normal, pero tienen dificultades para seguir el ritmo de la clase.
En la base puede haber dificultades de comprensión, dislexia, discalculia, déficit de atención o hiperactividad.
Uno de cada diez niños en edad escolar sufre un problema de aprendizaje, cifra que nos podría orientar sobre la necesidad de conocer este problema y trabajar sobre ello, ya que en su mayoría son la diana perfecta para no conseguir sus objetivos académicos.
¿La falta de apoyo justifica que estos niños no logren sus sueños? Categóricamente no. Existe la creencia errónea de que los problemas de aprendizaje provienen de fallas en el sistema nervioso central que afecta a la recepción, procesamiento o comunicación de la información.
Esto no es completamente cierto, y en cualquier caso, hay muchos problemas que afectan el SNC y no por ello los niños que lo padecen dejan de ser válidos para estudiar.
Respecto al TDAH, es una categoría "diagnóstica" muy extendida entre muchos colectivos: niño movido es niño hiperactivo, aunque en casa se concentre viendo la televisión o haciendo un puzzle, niño con déficit de atención sin hiperactividad: directamente un vago o que vive en las nubes.
Los padres deben luchar por un diagnóstico correcto para sus hijos, por parte del centro educativo, de neurólogos, psicólogos o psiquiatras.
A veces son problemas de falta de estimulación, de falta de motivación por motivos familiares o sociales, o simplemente no están diagnosticados.
La eterna lucha de los padres preocupados, desinformados y desbordados por la situación.
Los problemas de aprendizaje se pueden y deben ser tratados, haciendo que los niños puedan seguir un desarrollo curricular normal, pero si no son tratados, como primera consecuencia será una pérdida absoluta en confianza en sí mismos, una baja autoestima, que multiplicará exponencialmente sus propias dificultades.
Muchos niños con problemas de aprendizaje adoptan actitudes retadoras o despreocupadas, porque es más fácil ser tildado de "desastre" a "inútil", cuando ninguna de las dos opciones sería correcta, aunque ellos creen con fe ciega en su propia incapacidad.
Los padres deben estar atentos de las señales mas frecuentes que indican la presencia de un problema de aprendizaje, cuando el niño:
Tiene dificultad entendiendo y siguiendo instrucciones.
Tiene dificultad recordando lo que alguien le acaba de decir.
No domina las destrezas básicas de lectura, deletreo, escritura y/o matemática, por lo que fracasa en el trabajo escolar.
Tiene dificultad distinguiendo entre la derecha y la izquierda, tiene dificultad identificando las palabras o una tendencia a escribir las letras, palabras o números al revés como por ejemplo: al confundir el número 25 con el número 52
Le falta coordinación al caminar, hacer deportes o llevar a cabo actividades sencillas, tales como aguantar un lápiz o amarrarse el cabete del zapato.
Fácilmente se le pierden o extravían sus asignaciones, libros de la escuela y otros artículos.
No puede entender el concepto de tiempo, se confunde con "ayer", "hoy" y "mañana".
Cuando se les habla tienden a dejar vagar su mirada, sin centrarse en los ojos del interlocutor
La gran pregunta que surge en Psicología Clínica Infantil es: ¿tratar antes el problema de aprendizaje o los problemas emocionales que le acompañan?
La respuesta es: Trabajar la motivación, incrementar la autoestima, dotarles de confianza, explicarles cómo pueden llegar a conseguirlo y normalizar el problema de aprendizaje a una dificultad que pueden vencer, haciendo hincapié en sus destrezas personales como punto de partida.