Una rabieta o berrinche es una forma inmadura de expresar ira o frustración.
Aunque los padres tengan un carácter apacible el hijo puede tener algunas rabietas. Es importante saber manejar estas situaciones, y que el pequeño se de cuenta de que no surten resultado.
A partir de los 3 años el niño tendrá capacidad de expresar su motivo de enfado con palabras, debe animarle a que exprese el motivo de su enojo sin recurrir a las rabietas. Deben comprender que es normal enfadarse, pero que los gritos y las pataletas no van a solucionar su enfado.
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