Las complicaciones más importantes se derivan de los vómitos y del abuso de laxantes.
En general, presentan cansancio físico y psíquico, con disminución de los rendimientos escolares y laborales; acaban por abandonar totalmente sus obligaciones, su aseo y su persona.
Alteraciones digestivas. Son las más frecuentes, entre las que destacan úlceras en el esófago, por el paso del contenido del estómago a la boca; aumento del tamaño de las glándulas salivares; dilatación del estómago o rotura, ya sea por la ingesta masiva o por el esfuerzo al vomitar.
También se produce una pérdida significativa del esmalte dental y aparición de caries dentales; callosidades en las manos (signo de Russell), por el paso ácido del vómito autoprovocado por el dorso de la mano.
Alteraciones respiratorias. Puede aparecer ronquera crónica e infecciones pulmonares por la aspiración hacia el pulmón de alimentos al vomitar.
Alteraciones cardiovasculares. Alteraciones del ritmo cardíaco secundarias al déficit en potasio a causa de las conductas purgativas, ya sean los vómitos o el abuso de laxantes, que pueden ocasionar la muerte. La deshidratación por vómitos o abuso de laxantes provoca que la presión de la sangre sea baja.
A raíz de los esfuerzos para vomitar es posible que aparezcan puntos rojizos en cara y cuello por roturas de pequeños vasos sanguíneos, al igual que hemorragias en la conjuntiva de los ojos.
Alteraciones neurológicas. Se produce una atrofia del cerebro y pueden tener crisis convulsivas (epilépticas).
Alteraciones hormonales. Es posible que tengan los ciclos menstruales normales, aunque lo habitual es que presenten irregularidades menstruales o amenorrea, al igual que las anoréxicas.
Alteraciones renales. A consecuencia de los vómitos y las diarreas se producen deshidratación y alteraciones en los niveles de potasio, sodio y cloro.
Alteraciones psíquicas. La depresión aparece tanto como causa como consecuencia. Casi en la mitad de los casos tienen o han tenido un trastorno afectivo. Las alteraciones más frecuentes son las siguientes:
Intentos de suicidio.
Consumo de drogas o alcohol (7-10 %).
Trastornos de pánico.
Ansiedad, no sólo antes del atracón, sino acompañando al descontrol que favorece su desencadenamiento.
Fobia social, es decir, evitan relacionarse con la gente o salir, porque no se gustan. Esto en ocasiones puede ser la causa definitiva de abandono del trabajo o estudios.
Irritabilidad.
Alteraciones del sueño.
Alteraciones de la personalidad.
Cleptomanía (impulso obsesivo e incontrolable de robar objetos sin valor monetario ni sentimental alguno).