Personalmente soy de la pudorosa opinión de que los problemas personales no deben ser el tema de conversación del grupo de amigos. Contamos nuestras cosas a nuestros amigos, que como son amigos no son imparciales, y lo que tratan es de consolarnos: es perfecto para desahogarnos pero no para solucionar los problemas.
Un psicólogo no es un extraño: es un profesional que escucha aquello que decimos, intentando colocar las piezas de un puzzle, estableciendo hipótesis, buscando soluciones, promoviendo el cambio... trabajamos por la salud mental del paciente. No somos extraños para nuestros pacientes, somos "su psicólogo", como tenemos "nuestro dentista", y no vamos abriendo la boca a la primera de cambio por la calle.