PARECÍA DIFÍCIL Y LUEGO QUÉ
Hoy quiero empezar con una pregunta directa, así, de golpe.
Piensa en algo que te costase mucho hacer y ahora lo hagas de manera natural.
Tómate unos segundos para pensarlo, date esa oportunidad.
Podemos encontrar muchos ejemplos como empezar a conducir, quedar con algunas personas, empezar en un nuevo trabajo, o practicar un deporte.
Es más, piénsalo por un momento, la primera vez que cogiste un coche, ¿veías sencillo, o incluso posible, poder llegar a conducir relajado haciendo rotondas, stop’s, etc., como si nada? No lo creo.
Por todo esto, quiero invitaros a reflexionar en varios aspectos.
Son muchas las ocasiones en que nos agobiamos pensando que algo es imposible, tedioso, muy difícil o que nunca terminará.
Y cuando llegamos a un punto en el que lo controlamos, un llano, después de todo ese sufrimiento, miramos para atrás y nos damos cuenta de que tampoco ha sido tanto sufrimiento, o que el sufrimiento que parecía tan insalvable en nuestra mente, no lo ha sido tanto.
Nuestra cabeza se empeña en muchas ocasiones en decirnos que no podemos, o plantearnos todas las catástrofes y pegas posibles, como una forma de “protegernos” o simplemente por miedo al fracaso, aunque en realidad muchas veces solo nos mete piedras en la mochila, nos hace de freno innecesario.
No quiero que esto sea un texto motivacional diciendo que puedes con todo lo que te propongas, porque hay ocasiones en que no es así, y aceptarlo también está bien y es natural.
Mi objetivo es que tengáis un recordatorio de que muchas veces vemos las cosas imposibles, y no creemos que exista ese “llano” después de toda esa subida, y si que existe.
Y una vez que llegamos nos solemos olvidar por completo de lo duro que fue para nosotros el llegar hasta ahí (otra de las proezas de nuestra fantástica cabecita), y simplemente integramos en nuestra rutina esa nueva habilidad, que tan complicada creímos.
Por ello, tenemos que tratar de ser conscientes de nuestro esfuerzo y de todo el sufrimiento o trabajo que nos ha costado llegar a ese punto en el que controlamos la actividad, ese llano que mencionaba, y debemos sentirnos orgullosos de nosotros mismos (cosa que también olvidamos a menudo).
Es habitual que estando en esa situación de control, nos planteemos inmediatamente nuevos objetivos, retos o “subidas”, y es genial tener metas e intentar superarnos.
Pero no debemos olvidarnos de todo nuestro esfuerzo anterior, ya que sin él y sin sus resultados no podríamos alcanzar esos nuevos objetivos que nos planteamos, y tener esa capacidad de recordarlos creo nos puede dar un plus de seguridad y de positividad, así que:
¡Tengamos un poquito de memoria, por favor!