El concepto de "egoísmo" nos ofrece un dilema moral: por una parte desde niños nos enseñan el concepto de "compartir" en contraposición al "egoísmo", que se considera algo malo.
Ciertamente el proceso de socialización implica compartir y colaborar para prosperar en la vida, y entre las "aguas del recibir" y las "aguas del dar" se encuentra este concepto, que nos trae a todos un poco de cabeza.
Tenemos que diferenciar entre el egoísmo emocional y el egoísmo social.
Ser "egoísta emocionalmente" (no sale en wikipedia, me lo he inventado yo para hacerme entender), supondría ser conscientes de nuestras propias necesidades individuales y anteponerlas a las necesidades de los demás, siempre que no se invada a nadie ni a nada.
Procurarnos un bienestar psicológico antepuesto al de los demás (amigos, familia, pareja), puede sonar "egoísta", pero es humano y sano y nos proporciona un equilibrio emocional.
Si estamos bien, podemos dar, si estamos mal, no tendremos nada que dar.
De esta manera el término no debe asustarnos ni suponer un juicio moral en el que pensamos que somos malos porque pensamos antes en nosotros mismos que en los demás.
Si conseguimos equilibrar la balanza entre lo que nos produce bienestar y lo que les hace feliz a los demás, estaremos más preparados para dar, simplemente porque tendremos más bueno que dar.
De esta forma parar las demandas del medio, saber decir no ante las presiones que no deseamos, buscar aquello que nos complace y nos hace felices, es un ejercicio de egoísmo sano y beneficioso.
La maternidad, por poner un ejemplo, podría considerarse un acto de entrega de primera magnitud, y no, no lo es: la maternidad (biológica o vía adopción) supone un ejercicio de egoísmo emocional, ya que no tenemos niños para hacer felices a los niños, sino para saciar un anhelo, un deseo personal.
Por ello, jamás debemos decir a un hijo "deberías estar agradecido por lo que yo he hecho", sino: "tengo que darte las gracias por toda la felicidad que me has hecho sentir".
Diferenciemos entre comernos el mejor filete de la fuente y procurar nuestra propia felicidad, y seamos egoístas, lo más egoístas que podamos para poder ayudar a los demás.
Que tengas un día, francamente egoísta!