Una característica esencial en la DEPRESIÓN es la forma en que la persona interpreta su vida, su entorno y el futuro.
Los pensamientos son siempre de corte negativo, generando desesperanza y hastío y promoviendo un estado de INDEFENSIÓN APRENDIDA (para qué intentar cambiar las cosas si nada va a cambiar).
Las personas que pasan una depresión no utilizan un pensamiento racional frente a las situaciones, distorsionan estos pensamientos tomando sólo la parte negativa como referencia, y recordando sólo la parte negativa de sucesos anteriores.
Esta es "la forma de pensar" típica de una persona que padece una depresión. ¿La reconoces?
1.Filtraje
Se toman los detalles negativos y se magnifican, mientras que no se filtran ni atienden a los aspectos positivos de la situación.
Las palabras clave del filtraje son: “terrible, tremendo, desagradable, horroroso” y una frase clave sería: “no puedo resistirlo”.
2.Pensamiento polarizado
La característica principal de esta distorsión es la percepción extremista de las situaciones, de una forma polarizada, sin términos medios.
Las personas y los pensamientos son buenos o malos, maravillosos u horribles. Es un mundo en blanco y negro, en el que las reacciones emocionales son extremas.
El mayor peligro de dicotomizar el pensamiento es el impacto sobre cómo se juzga la persona a si misma. Si no es perfecto y brillante se considerará un fracasado o un imbécil, sin dejar lugar a las equivocaciones.
3.Sobregeneralización
En esta distorsión se produce una conclusión generalizada a partir de un incidente simple o un solo elemento de una evidencia. Una experiencia desagradable significa que siempre que se repita una situación similar se repetirá la experiencia desagradable.
Esta distorsión conduce inevitablemente a una vida cada vez más restringida. La sobregeneralización se expresa a menudo en forma de afirmaciones absolutas, como si existiera alguna ley inmutable que limitara el curso de la felicidad.
Se está sobregeneralizando cuando se afirma: “nadie me quiere….nunca seré capaz de confiar en alguien otra vez….siempre estaré triste….nunca podré conseguir un trabajo mejor….nadie querrá ser mi amigo si llega a conocerme realmente….”.
La conclusión se basa en una o dos piezas de evidencia y se ignora todo lo que uno conoce de si mismo y que pueda contradecirlas. Las palabras que indicar que se puede estar sobregeneralizando son: todo, nadie, nunca, siempre, todos y ninguno.
4.Interpretación del pensamiento
Cuando una persona interpreta el pensamiento hace juicios repentinos sobre los demás “es lógico que actúe así porque está celoso….ella está contigo por el dinero….él teme mostrar sus preocupaciones”.
En la medida que un pensamiento se interpreta también se hacen suposiciones sobre cómo está reaccionando la gente sobre las cosas que la rodean.
Las interpretaciones del pensamiento dependen de un proceso llamado proyección. Una persona imagina que la gente siente y reacciona a los pensamientos de la misma forma que ella, por lo tanto no se para a pensar que la otra persona puede pensar de manera diferente.
Las interpretaciones del pensamiento pasan por alto conclusiones que sólo son verdad para si mismos sin comprobar si son apropiadas para el resto de las personas.
5.Visión catastrófica
Cuando una persona catastrofiza, una pequeña vía de agua en un barco de vela significa que seguramente se hundirá. Los pensamientos catastróficos a menudo empiezan con las palabras “y si…..”
6.Personalización
Es la tendencia a relacionar algo del ambiente consigo mismo. Un aspecto importante de la personalización es el hábito de compararse continuamente con los demás, por lo que continuamente se encontrará forzado a probar su valor como persona midiéndose a si mismo en relación con los demás.
Si de esta comparación resulta vencedor, gozará de un momento de alivio, pero si resulta perdedor se sentirá humillado.
El error básico de pensamiento en la personalización es que se interpreta cada experiencia, cada conversación, cada mirada como una pista para analizarse y valorarse a si mismo
7.Falacias de control
Existen dos formas en que puede distorsionarse el sentido de poder y control de una persona. Una persona puede verse a si misma impotente y externamente controlada o omnipotente y responsable de todo lo que sucede a su alrededor.
La persona que se siente externamente controlada se bloquea, no cree que pueda construir su propia vida o introducir cualquier modificación en el mundo que le rodea, solo ve pruebas de la indefensión humana. Desde esta óptica es difícil encontrar soluciones, porque probablemente no funcionarían.
El polo opuesto es la falacia de control omnipotente. La persona que experimenta esta distorsión se cree responsable de todo y de todos, lleva el mundo sobre sus hombros.
La omnipotencia depende de 3 elementos: la sensibilidad hacia las personas que le rodean, una creencia exagerada de su poder para saciar todas las necesidades y la expectativa de que es ella, y no los demás, la persona de satisfacer estas necesidades.
8.La falacia de justicia
Este tipo de pensamiento distorsionado se basa en la aplicación de las normas legales y contractuales a los caprichos de las relaciones interpersonales; se trataría de una justicia subjetiva.
La justicia definida así, puede ser tan fácilmente puesta al servicio de los propios intereses, que cada persona queda inmovilizada en su propio punto de vista. El resultado es la impresión de estar viviendo en las trincheras y un sentimiento de enojo cada vez mayor.
La falacia de la justicia se suele expresar con frases condicionales del tipo “si me quisiera no se burlaría…si me quisiera me ayudaría a conseguir….si esto fuera un matrimonio como Dios manda, ella debería acompañarme…si él me quisiera volvería antes del trabajo”
9.Razonamiento emocional
En la raíz de esta distorsión está la creencia de que lo que la persona siente tendría que ser verdadero. Todas las cosas negativas que se sienten sobre uno mismo y los demás deben ser verdaderas porque se sienten como verdaderas.
El problema del razonamiento emocional es que las emociones en si mismas no tienen validez, son productos del pensamiento. Si una persona tiene pensamientos y creencias deformadas, sus emociones reflejan distorsiones.
10.Falacia del cambio
La única persona a la que uno puede controlar realmente o tener muchas esperanzas de cambiar es a uno mismo. La falacia del cambio por el contrario, supone que una persona cambiará para adaptarse a nosotros si se le presiona lo suficiente.
La atención y la energía se dirige por tanto, hacia los demás, porque la esperanza de felicidad se encuentra en conseguir que los demás satisfagan nuestras necesidades.
Las estrategias para cambiar a los otros incluyen echarles la culpa, exigirles, ocultarles cosas y negociar. El resultado normal es que la otra persona se siente atacada o cohibida y no cambiará en absoluto.
El supuesto fundamental de este tipo de pensamiento es que la felicidad depende de los actos de los demás. De hecho, la felicidad depende de varios miles de grandes y pequeñas decisiones que cada persona toma a lo largo de su vida.
11.Etiquetas globales
Es un tipo de distorsión de pensamiento en la que a través de una o dos características de una persona o situación se emite un juicio global. Este juicio ignora toda evidencia contraria, convirtiendo la visión del mundo en estereotipada y unidimensional
12.Culpabilidad
Se experimenta una sensación de alivio cuando conoces quién es el culpable. Cuando una persona está sufriendo, alguien debe ser responsable.
A menudo la culpabilidad implica que otro se convierta en el responsable de elecciones y decisiones que realmente son de nuestra propia responsabilidad. Algunas personas focalizan la culpabilidad en ellas mismas exclusivamente
13.Los debería
En esta distorsión la persona se comporta de acuerdo con unas reglas inflexibles que deberían regir la relación de todas las personas. Las reglas son correctas e indiscutibles.
Cualquier desviación hacia valores o normas particulares es mala. Como resultado a menudo la persona adopta la posición de juez, la gente le irrita, los demás no piensan ni actúan consecuentemente.
Las palabras que indican la presencia de esta distorsión son “debería, habría de o tendría”
14. Tener razón
En esta distorsión la persona se pone a la defensiva, tiene que probar continuamente que su punto de vista es el correcto y sus acciones adecuadas. No está interesado en la posible veracidad de una opinión diferente a la suya.
Las opiniones de este tipo de personas raramente camban porque tienen dificultad para escuchar nuevas informaciones. Los hechos que no encajan en sus creencias los ignoran.
15. Falacia de la recompensa divina
En este estilo de ver el mundo la persona se comporta “correctamente” en espera de una recompensa. Se sacrifica y trabaja como si alguien le llevara las cuentas. Se resiente cuando comprueba que la recompensa no llega.