Muchos padres se encuentran con el problema de que sus hijos, con edades superiores a los 5 ó 6 años, continúan teniendo problemas a la hora de controlar sus esfínteres durante el sueño.
En algunas ocasiones ocurre que estos escapes tienen lugar tras un largo periodo sin mojar la cama.
Cuando nuestros hijos, tras un periodo de continencia previo de al menos seis meses de duración, vuelven mojar la cama en alguna ocasión, estamos ante un problema de enuresis secundaria.
No necesariamente tiene que ocurrir en niños y niñas de corta edad, sino que la enuresis secundaria también puede darse en adolescentes.
Es sobre todo en estos casos donde tenemos que poner especial atención en investigar una posible causa orgánica o patológica responsable del síntoma.
La enuresis secundaria se conoce también como regresiva y, entre sus causas destacan las de signo psicológico.
Los factores que pueden dar lugar a este tipo de enuresis son de lo más variados; el nacimiento de un hermanito, una mudanza, tensión, discusiones familiares o situaciones de estrés emocional, siendo estas últimas –dentro de las psicológicas- las más comunes en el caso de adolescentes (causa emocional muy fuerte).
Las enfermedades de tipo orgánico se hacen sentir con mayor fuerza en la enuresis secundaria que en la primaria, actuando como desencadenante de la misma; infecciones urinarias, irritaciones o ciertos cuadros de diabetes pueden ser la causa de estos escapes.
Ante la enuresis secundaria, si nuestro hijo o hija ha alcanzado un grado de madurez lo suficiente como para actuar comprensivamente (en todo caso si se trata de adolescentes) resulta conveniente que hablemos con ellos y explicarles que estos escapes suelen ser un efecto secundario derivado de otro problema principal.
Es importante que mantengan alta su autoestima y que no se avergüencen, pues en la mayoría de los casos, descubierta la causa estaremos en posición de solucionar el problema.
De ahí la importancia de acudir al médico para tratar de averiguar si nuestro hijo tiene algún problema orgánico que esté provocando estos escapes.
Del mismo modo, y en niños de edades ya avanzadas, acudir al psicólogo no sólo ayudará a mantener viva la autoestima de nuestro hijo, sino que también será una vía idónea para poner solución a la enuresis secundaria cuando el factor desencadenante de ésta sea de tipo psicológico.