TERAPIA PSICOLÓGICA PARA EL TRASTORNO DE ANSIEDAD SOCIAL

El fóbico social es un tipo de paciente muy especial: hablar de él mismo, confesar sus temores y vergüenzas es un elemento que les produce muchísima aversión a la hora de ir a "contárselo" al psicólogo.

Es por ello que la actitud empática, establecer un buen rapport (relación) con este tipo de pacientes y que se sientan cómodos es el propio comienzo de la terapia.

Hay que conocer sus miedos específicos, que pueden ser interrelacionarse con otras personas, hablar ante sus compañeros o incluso interactuar con una persona de distinto sexo o exponer su opinión en una reunión familiar,

Dentro de los miedos que nos relatan, tenemos que saber cual es la conducta que realiza ante estas situaciones (reacciones somáticas como sonrojamiento, leve temblor, etc), o reacciones de evitación, y una vez conocidas sus reacciones físicas y psicológicas podremos empezar a trabajar.

El fóbico social tiene que saber que esa sensación de incapacidad de establecer una relación social proviene de sus propias creencias sobre lo que los demás piensan sobre él o sobre sus opiniones.

Hay que trabajar una a una esas creencias, mediante una reestructuración cognitiva que le haga considerar las situaciones sociales de una forma real y no distorsionada.

Posteriormente se trabaja su capacidad de interacción mediante entrenamiento en habilidades sociales y role playing, utilizando el modelamiento mediante un coterapeuta que ayuda e estas situaciones.

Las sesiones son grabadas para que la persona pueda ir mejorando su actuación. Poco a poco la exposición gradual se va haciendo más intensa, y tras cada sesión se discute tanto lo ocurrido como las sensaciones, acciones y pensamientos del paciente.

Es una terapia muy agradecida, porque a pesar de que son personas que tienen muy "instaurada" en la mente la idea de incapacidad para establecer una relación social, cuando se sienten cómodos dentro de las situaciones y ven que pueden desenvolverse sin problemas, se sienten muy liberados de la pesadísima carga que puede suponer no poder establecer una relación social normalizada.