Hay personas que nacen siendo ya adultas, y personas que por su actitud ante la vida, permanecen siempre jóvenes.
¿Y por qué algunas personas mantienen su espíritu joven y otras viven como si el mundo fuera una retahíla de quejas somáticas y expresiones negativas hacia el futuro?
Se podría hablar de las experiencias tempranas, pero yo no estoy muy de acuerdo con esto: conozco gente con un espíritu joven y ganas de seguir aprendiendo que vivieron auténticas penurias tras la guerra civil, y gente sin grandes problemas pero que lo viven todo bajo el prisma de la falta de ilusión en el porvenir.
No tenemos fecha de caducidad, por lo tanto, vivir como si nos quedaran tres telediarios, con pesimismo, instalados en el "ya para qué" puede resultar un pesimismo de muy a largo plazo, y la vida no es sólo lo que se vive a los 20 o a los 30.
Existen personas octogenarias con una actitud personal que les hace mentalmente inmortales: siguen aprendiendo, leyendo, interesándose por las noticias, los deportes, usando las redes sociales y...escaneando fotos como auténticos profesionales.
No tiran la toalla, no tienen demasiado tiempo para las quejas de enfermedades y consideran ir al médico como una tortura más que como la actividad planificada semanal (todos hemos visto la pandillita semanal a por la ristra de recetas que compiten a ver quien sufre más).
Las personas que consiguen mantener un espíritu joven no es que desconozcan su edad cronológica, simplemente lo consideran un dato numérico sin importancia real.
No emprenden nuevos proyectos pensando si "ya son demasiado mayores", simplemente disfrutan de nuevas experiencias, suelen disfrutar del contacto con las nuevas generaciones (a las que tienen mucho que enseñar sobre experiencia de la vida como un viaje apasionante y no como un valle de lágrimas).
Suelen ser personas que siempre han dicho ¿y por qué no? y el pesimismo les dura bien poco. Hacen deporte, juegan como tahúres, pasean, se apuntan a clases de las cosas más insospechadas y suelen cuidar mucho su aspecto personal: no tiran la toalla.
Si tienes cerca de ti una persona con esa actitud hacia la vida: aprende, son personas que "han pillado de qué va esto", no dramatizan: relativizan y se levantan por la mañana pensando cómo disfrutar de un nuevo día.
En ocasiones yo hablo a mis pacientes de mi madre, que es algo así como "el ídolo" de quien me escucha.
Es cierto que hay que frenarla, porque Facebook, aprender a tocar el acordeón, echarse una partidita, tomar la cervecita del domingo o pasar tiempo charlando con los amigos de sus nietos se le queda pequeño, y ya cuando te pregunta si se hace una cuenta de twitter.
Te manda una foto con un intercambio de caras, o comenta que tiene que irse de compras "porque no tiene un hilo de ropa", empiezas a plantearte tu propia existencia y te das cuenta de que hay una lección que aprender: la edad está en la cabeza.
Y que nadie lo dude, esa actitud hacia la vida es un prolongador de la vida, son personas con menos quejas somáticas y una mayor resistencia a enfermedades: son unos resilentes, se podrían definir como enciclopedias del "ars vivendi".
Si tienes cerca una persona así, contágiate, reflexiona y piensa que tú decides tu edad, no un calendario.