La separación de una pareja supone una situación de crisis y tensión que se extiende a toda la familia.
Por una parte hay que tomar decisiones importantes e igualmente hay que redefinir el proyecto vital, por los cambios a nivel personal, familiar y social que se van a producir y que en muchas ocasiones general síntomas de estrés y malestar emocional, requiriendo apoyo psicológico para su superación.
Las principales reacciones que se dan en un proceso de separación son:
· Depresión: perder a una persona con la que se ha compartido una relación íntima produce síntomas de tristeza, soledad, aislamiento, pérdida de actividades gratificantes, sentimientos de culpa, desesperanza, desilusión respecto al futuro y un incremento de situaciones estresantes a las que hay que enfrentarse.
· Ansiedad: La sensación de pérdida de control de la situación, los pensamientos intrusivos, el desconcierto sobre el futuro, son motivos de ansiedad
· Trastorno de Estrés Postraumático: se produce especialmente cuando ha habido situaciones de violencia de género
· Baja autoestima
· Inadaptación: La persona puede aislarse, sentir una desgana generalizada que le impida la participación en actividades agradables y comunitarias, con lo que pierde su apoyo social. Se alteran las relaciones familiares y sociales, pudiendo agravarse con problemas económicos.