La respiración es un fenómeno estrechamente ligado con los fenómenos psicológicos, especialmente los que implican activación autónoma (estrés o ansiedad).
Una persona cuando tiene ansiedad tiene una respiración corta y rápida (de tipo clavicular), mientras que las personas deprimidas tienen una respiración larga, profunda y fatigosa.
El asma bronquial o trastorno obstructivo reversible de las vías aéreas consiste en la constricción de los bronquios, lo que produce una dificultad respiratoria por el edema bronquial, secreciones y broncoconstricción.
Es una enfermedad crónica que comienza en los primeros años de vida.
El asma es un fenómeno de hipersensibilidad de la mucosa respiratoria, y para ser considerada como tal, debe contener 3 conceptos básicos:
1. Limitación del flujo aéreo que a nivel clínico se manifiesta por paroxismos de disnea, tos y sibilancias y que a nivel fisiopatológico, responde a un estrechamiento difuso de las vías aéreas.
2. Reversibilidad de la sintomatología
3. Hiperreactividad bronquial inespecífica: incremento de la respuesta broncoconstrictora ante diversos agentes físicos, químicos o farmacológicos.
Los aspectos psicológicos del asma implican el estudio de las variables psicológicas que favorecen la inducción de crisis asmáticas y el estudio de ciertas variables disposicionales, como la ansiedad-rasgo y los estilos cognitivos o bien trastornos como la depresión y ansiedad que ejercen una influencia sobre el proceso asmático.