El cáncer es el resultado de un crecimiento descontrolado de las células del organismo. Las células cancerígenas se dividen y crecen de forma incontrolada por la alteración en el mecanismo que inhibe la reproducción celular.
Además, son incapaces de autorregularse de forma adecuada de manera que la masa de tejido que forman no se parece a un tejido normal.
Los tumores benignos tienden a comprimir a los tejidos normales que les rodean, pero no crecen penetrando en su interior, mientras que las células de un tumor maligno penetran y se extienden por el interior de los tejidos sanos del organismo, pasando a través de la corriente sanguínea o de los canales linfáticos a otras áreas en donde se establecen nuevos tumores.
Hay cuatro tipos de tumores malignos, según el tipo de célula de la que se originó:
- Carcinomas: se forman a partir de células que recubren las superficies interiores y exteriores del organismo (piel, intestino, membrana del tracto respiratorio, urinario o gastrointestinal). Son el tipo de cáncer más frecuente
- Sarcomas: provienen de estructuras más profundas, como el cartílago de los huesos o los músculos
- Linfomas: se originan en el tejido linfático (cuello, ingle, axila)
- Leucemia: cáncer generado en el sistema sanguíneo.
CÓMO AFECTAN LOS FACTORES COMPORTAMENTALES AL CÁNCER
Hay dos vías complementarias por las que los factores comportamentales y psicosociales afectan al cáncer:
- Conductas específicas que pueden incrementar directamente el riesgo a padecer cáncer por la exposición a carcinógenos potenciales (tabaco, alcohol, dieta, exposiciones al sol, etc) y también alterar la supervivencia cuando hay una demora en acudir al médico o una falta de adherencia al tratamiento.
- Las variables emocionales, estrategias de afrontamiento y estrés, que afectan directamente a la progresión del cáncer.
CARACTERÍSTICAS PSICOLÓGICAS Y CÁNCER
Las características psicológicas juegan un papel muy importante en la aparición y curso del cáncer: tiende a presentarse en individuos apocados, no agresivos e incapaces de expresar adecuadamente sus emociones.
Las personas predispuestas al cáncer se han descrito a menudo como apaciguadoras, no asertivas, altamente cooperativas, defensivas y con una gran paciencia.
Se trata de personas con inhibición, represión y negación de las reacciones emocionales, especialmente inhibición de las expresiones de agresividad e ira, a este tipo de caracterización psicológica se le denominó personalidad tipo C (como patrón de conducta opuesto al tipo A, predispuesto a la enfermedad coronaria).
La otra característica psicológica asociada al tipo C es la dificultad para hacer frente de forma activa a las situaciones de estrés, vinculándose a sentimientos de indefensión, desesperanza y depresión.
CÁNCER Y SISTEMA INMUNE
El sistema inmune es un elemento crucial para el control del cáncer, ya que es capaz de identificar y destruir los agentes carcinógenos que invadan el organismo y pueden destruir los tejidos cancerosos antes de que aceleren su ritmo de reproducción celular.
La relación entre el sistema inmune y los procesos implicados en el cáncer obedecen a la teoría de la vigilancia inmunológica: las células neoplásicas que se forman regularmente en el organismo son eliminadas de éste a través de ciertos mecanismos inmunológicos que previenen el desarrollo de las células malignas mutantes.
El descenso en linfocitos T, macrófagos y células asesinas naturales (NK), especializados en destruir células tumorales, sería el factor de proliferación tumoral.
PREVENCIÓN DEL CANCER
Prevención primaria: Conductas dirigidas a evitar los factores que inducen al desarrollo del cáncer, mediante la modificación de estilos de vida:
1. dejar de fumar
2. beber alcohol con moderación
3. proteger la piel contra el sol
4. aumentar el consumo de legumbres y vegetales
5. comer alimentos con altos componentes de vitamina A
6. Seleccionar alimentos ricos en fibra
7. Ingerir alimentos ricos en vitamina C
8. Vigilar el peso y hacer ejercicio regularmente
9. Sustituir la grasa comiendo pescado
10. Disminuir el consumo de sal, alimentos ahumados o sazonados
Prevención secundaria: Prevención terciaria Se pretende detectar el cáncer en sus etapas iniciales (detección precoz) mediante los chequeos médicos
Prevención terciaria: Consiste en la aplicación de un tratamiento efectivo dirigido al problema de un cáncer ya diagnosticado
1. Conseguir que el paciente lleve a cabo la adherencia al tratamiento
2. Adiestrar a los enfermos en técnicas de afrontamiento psicológico
3. Adiestrar al personal sanitario en la mejora de la interacción con el enfermo
4. Colaboración en la resolución de problemas como diagnóstico