Un poema a tener en cuenta antes de iniciar un proceso en el que solicitas la custodia de tus hijos.
Primero reflexiona, más allá de tu dolor en que tu divorcio no es el divorcio de tus hijos. Ellos no pueden amar a ambos progenitores y de repente sentirse huérfanos de uno de ellos.
Puedes haber sido su casi único sostén, la persona que más les ha cuidado. Pero lo hiciste porque querías, porque te salía del corazón. Nada de ello te da derecho a su propiedad.
Tal vez, ellos deseen otra cosa para sus propias vidas. Aquí os dejo un pequeño poema para reflexionar sobre cuán importante es respetar a nuestros hijos más allá de nosotros mismos.
Tus hijos no son tus hijos (Kahlil Gibran)
Tus hijos no son tus hijos son hijos e hijas de la vida deseosa de sí misma.
No vienen de ti, sino a través de ti y aunque estén contigo no te pertenecen.
Puedes darles tu amor, pero no tus pensamientos, pues, ellos tienen sus propios pensamientos.
Puedes abrigar sus cuerpos, pero no sus almas, porque ellas, viven en la casa del mañana, que no puedes visitar ni siquiera en sueños.
Puedes esforzarte en ser como ellos, pero no procures hacerlos semejantes a ti porque la vida no retrocede, ni se detiene en el ayer.
Tú eres el arco del cual, tus hijos como flechas vivas son lanzados.
Deja que la inclinación en tu mano de arquero sea para la felicidad.