El rasgo central en los pensamientos de la persona que padece anorexia: la necesidad prioritaria de estar delgada.
En torno a ello gira su vida: comida, dieta, peso, figura, delgadez, tallas...
No existe nada más, nada importa, y cualquier comentario respecto a la necesidad de coger un poco de peso se toma como un ataque personal que puede desatar la hostilidad de la persona con este problema, pensando que sólo quieren perjudicarle.