Hoy quisiera escribir sobre las víctimas del Tren Alvia que descarriló en Santiago.
Han pasado tres años, y nos han pasado cientos de cosas, buenas y malas, pero debemos tener en cuenta que para estas personas el mundo, en cierta manera se paró ahí, tienen su referente del paso de los días en su situación física o anímica referida a este momento.
Es muy triste que muchos todavía estén sufriendo operaciones o intentando asimilar su nueva condición física, más triste, sin duda, para los que el recuerdo del padre, marido, hijo que ya no está les atormenta cada día.
Este desgraciado accidente aún no está solucionado: hay juicios y reparto de culpabilidades en un indigno "balones fuera" que no tiene en consideración a la persona ni su sufrimiento.
La indemnización, la reparación económica no va a devolverles a estas personas a su vida anterior: ninguno quisiéramos sufrir esto a cambio de todo el oro del mundo.
Pero el hecho de que no se haya hecho justicia, que tengan que pelear, sufrir, reclamar, pedir, hace a la condición humana cada día más alejada de todo aquello en lo que nos basamos para considerarnos "una especie superior" (¿en maldad? ¿en egoísmo? ¿en falta de empatía?).
Hablo del Tren de Alvia como podría hablar del 11-M, aunque sinceramente creo que los segundos fueron muchos más arropados socialmente por los primeros (excepto en casos sangrantes en que no existió indemnización ni reconocimiento de minusvalía por errores en el juicio que aún no se han subsanado): cierto como la vida misma.
Afortunadamente la mujer que sufrió esta situación a pesar de no tener lo que por derecho le correspondía, tiene una dignidad, un amor a la vida y una unión familiar que no se paga con dinero).
Quiero hablaros de los síntomas del Trastorno de Estrés Postraumático: lo que les acompaña a las víctimas día, tras día, lo que limita y hace su vida triste y angustiosa, lo que les ancla al miedo y al terror.
Antes de esto, contaros como una persona me decía: "yo me acuerdo del atentado cada día, al ponerme los audífonos".
Comprendamos por lo que pasa una persona con TEPT, y confiemos en no vernos jamás inmersos en una pesadilla difícil de superar.
Estrés Traumático:
Cuando el individuo ha experimentado, ha presenciado o se ha enterado de “acontecimientos caracterizados por muertes o amenazas para su integridad física o la de los demás, y la persona ha respondido con un temor, una desesperanza o un horror intensos.” (DSM-IV, 1994) y como resultado de ello experimenta además tres clases de síntomas:
reexperimentación del hecho traumático
evitación y de embotamiento psíquico
hiperactivación (hyperarousal)
se dice que sufre de un Trastorno por Estrés Post Traumático. Dichos síntomas pueden ser los siguientes:
1 Síntomas de Reexperimetación: estos pueden producirse de variadas maneras
Es de destacar que cada nueva reexperimentación del hecho traumático provoca en el individuo una réplica de la reacción de estrés original frente al trauma, provocando así una retraumatización.
De esta manera, el trauma se autoperpetúa. El individuo queda fijado en el tiempo y es continuamente reexpuesto al hecho traumático.
2 Síntomas de Evitación: bajo esta categorización se han agrupado dos tipos de síntomas:
· los de evitación en sentido estricto, que incluyen el esfuerzo por evitar pensamientos, sensaciones, personas, lugares, actividades, hechos etc. que recuerden el hecho traumático
· los de carácter disociativo o de embotamiento psíquico, tales como
a. incapacidad para recordar aspectos significativos del hecho traumático
b. reducción del interés o de la participación en actividades que le resultaban significativas
c. sensación de desapego o enajenación o extrañamiento
d. reducción significativa de la vida afectiva, con incapacidad de experimentar sentimientos positivos
e. sensación de futuro desolador y desesperanza
El individuo desarrolla esta serie de síntomas en un aparente intento de resguardarse de las emociones intolerables, o bien evitando directamente los recordatorios del trauma, o bien anestesiándose emocionalmente, ya sea por medio de mecanismos disociativos o síntomas de amnesia, ya sea por medio de consumo de sustancias, trastornos alimenticios, adicción al trabajo, etc.
3 Síntomas de Hiperactivación
· trastornos del sueño
· trastornos en la concentración
· irritación
· hipervigilancia
· respuesta de sobresalto exagerada
El paciente está siempre en guardia en otro intento de permanecer a salvo de la reexposición al hecho traumático. El paciente traumatizado nunca se siente a salvo, por lo que es imprescindible la construcción de una buena alianza terapéutica como para que el paciente llegue a confiar en el clínico.
Muchos de estos síntomas son a veces confundidos con otros trastornos, como el trastorno depresivo, de somatización, simulación, déficit de atención, personalidad borderline, antisocial, e incluso hasta con algún tipo de trastorno psicótico
Curso
El TEPT es de aparición brusca, pudiendo producirse dicha aparición hasta años después de producido el hecho traumático.
El TEPT es un diagnóstico relativamente fácil de hacer cuando el paciente refiere la existencia del hecho traumático. En cambio, cuando los síntomas son de aparición tardía, en muchas oportunidades no es evidente para el paciente la vinculación entre la experiencia traumática y sus síntomas, por lo que el clínico debería investigar siempre la existencia de tales experiencias.
La historia de traumas del paciente es un elemento importante en el diagnóstico diferencial y nunca debería ser omitida. A menudo, otro de los obstáculos que encuentra el clínico, es que frecuentemente el paciente evita hacer referencia al hecho traumático para evitar el sufrimiento.
Aproximadamente la mitad de los casos que presentan esta sintomatología, suele resolverse espontáneamente en el lapso de los tres primeros meses. El resto, requieren de atención psicoterapéutica para su resolución.
Obvio es decir que cuanto más temprana la intervención, más rápida su resolución. Si la intervención se demora mucho tiempo, el paciente estructura su vida en torno de los síntomas, dañando las actividades sociales, interpersonales, laborales, etc. por lo que la recuperación es más lenta y dificultosa.
Según la literatura científica, hasta un 80% de pacientes diagnosticados con TPET tiene al menos un diagnóstico psiquiátrico más, incluyendo trastornos afectivos (26%-65%), de ansiedad (30-60%), alcoholismo o abuso de drogas (60-80%), o trastornos de personalidad (40-60%) (Friedman, 1996)
Predictores
Uno de los principales esfuerzos de investigación han sido puestos en poder determinar que factores predicen mejor la posibilidad de que alguien expuesto a un hecho traumático desarrolle de un TPET. Se ha hallado que dos son los predictores más precisos:
1. la historia previa de traumas del individuo: es así que quien ha sufrido otros traumas a lo largo de su vida, está más expuesto a desarrollar un TEPT
2. las reacciones disociativas durante e inmediatamente después del hecho traumático. Son aquellos individuos que reaccionan predominantemente con embotamiento emocional, o experimentando el hecho traumático como si le estuviera ocurriendo a otro, no sintiendo dolor, o percibiéndose a sí mismo como desde fuera de su cuerpo.
En el DSM-IV se introdujo un nuevo diagnóstico, el de Trastorno por Estrés Agudo, en que con criterios similares al del diagnóstico de TPET, se pone el acento en los síntomas disociativos (amnesia disociativa, despersonalización, desrealización, etc.)., de tal manera que quien, inmediatamente después de la exposición al hecho traumático desarrolla los síntomas de un Trastorno por Estrés Agudo, está en mayor riesgo de que esos síntomas se perpetúen bajo la forma de un TEPT
Con respecto a las características del hecho traumático tienen más posibilidades de desarrollar un TPET quienes estén expuestos a hechos traumáticos
1. infringidos por la mano del ser humano
2. por familiares directos o personas en las que se debía confiar
3. los que son repetidos y reiterativos
4. sufridos más tempranamente
5. por los que se ha recibido presión al silencio
en contraposición a
1. los de carácter natural
2. no intencionales
3. hechos únicos
4. sufridos a edad más avanzada
5. de los que se ha podido hablar libremente
que tienden a resolverse más benignamente
Trastorno de Ansiedad o de la Memoria
El TPET ha sido clasificado como un trastorno de ansiedad, junto a las fobias, al trastorno por pánico, el trastorno obsesivo compulsivo, ansiedad generalizada, etc. Sin duda que comparte con todos ellos el denominador común de la ansiedad como síntoma predominante.
Por otro lado, también es conceptualizado como un trastorno de la memoria. Las investigaciones sobre la naturaleza de los recuerdos traumáticos, indican que el trauma interfiere en los procesos involucrados en la memoria explícita.
Durante la exposición al hecho traumático, el área de Wernicke y Broca (aquella relacionada con la codificación de la experiencia en palabras) prácticamente colapsan, reduciendo su actividad notablemente, según lo revelan los estudios de diagnóstico por imágenes.
Simultáneamente, aumenta la actividad en el área del hipocampo, área esta que está relacionada con la memoria emocional. Por lo tanto, el hecho traumático queda archivado en la memoria Implícita, y sólo deficientemente en la memoria Explícita o Narrativa. Por esto el trauma es llamado también el terror sin palabras.
Todos los síntomas enumerados más arriba hasta cierto punto parecen contradictorios : quien sufre de un trastorno por estrés post traumático parece haber quedado congelado en el tiempo, fijado al hecho traumático y parece condenado a la dialéctica de, por un lado, revivirlo permanentemente (en un aparente intento de procesarlo o archivarlo) y por otro a evitarlo, olvidarlo, y/o anestesiar sus sentimientos y reacciones para evitar el sufrimiento.
Pero dichos síntomas parecen tener una función adaptativa: por un lado, proteger al individuo de la exposición al hecho traumático, y por otro lado, un intento frustrado de integrar la memoria emocional con la memoria verbal.
La memoria Explícita no recuerda, sino que revive, fallando en reconocer que el hecho pertenece al pasado. Sólo la integración de los recuerdos en la memoria Narrativa, permite la desaparición de los síntomas.
Este artículo va dedicado a Rosa, Zaida, Margot, Guillermo, Jana, Nora, Susana...y todas aquellas personas que con vuestra esperanza lograsteis que volviera a salir el sol en vuestra vida, dándome una lección de cómo las personas podéis, a pesar del sufrimiento, encontrar nuevamente la ilusión