La depresión en la tercera edad difiere de la depresión que puede aparecer en la edad adulta, tanto en los pensamientos como en las conductas asociadas al problema.
Evidentemente las preocupaciones que pueden llevar a una persona a caer en una depresión en las diferentes etapas de la vida, suelen ser diferentes.
El ritmo vital de un adulto: las actividades de la vida diaria, responsabilidades, proyectos son completamente diferente en un adulto que trabaja, tiene una familia, unas responsabilidades a las que hacer frente son motivos que les pueden ayudar a salir de un estado depresivo de una manera más sencilla. “Algo tira de ellos”.
En el caso de las ancianos, cuando empiezan a mirar hacia atrás con sentimientos de tristeza y hacia el futuro con miedos, es más común que aparezca una depresión en la que se obsesionan con la idea de que ya nada queda por hacer.
Laayuda de sus familiares, confrontando sus sentimientos de minusvaloración con el peso real que supone para su familia: necesidad de contar con él, amor, deseo de seguir a su lado, ilusión porque vea crecer a los pequeños de la familia, debería ser el punto en el que nos anclamos para darle un empuje emocional al anciano.
Sus obsesiones con el “ya no valgo para nada” tienen que ser invalidadas con palabras y obras por parte de los suyos. Escucharle, acariciarle, llevarle a los pequeños de la familia, mimarle como la persona más especial de la familia, y ante todo comprender su soledad, son fundamentales para que al menos le quede esa pequeña lucecita en sus dias, pensando en la visita, la llamada, la caricia de un hijo, de una nieta.
Trabajar con ancianos deprimidos es una labor de Compasion, Empatía, Amor y muchísima Paciencia. Es el círculo de la vida que se cierra: nos cuidaron y protegieron, ahora nos toca a nosotros luchar por ellos esa batalla, aunque nos cueste su negatividad. Es comprensible. Todo aquel que siente que ya todo está hecho siente el vacío.
En los ancianos hay que tener muy presente que las QUEJAS SOMÁTICAS y la FALTA DE PERSPECTIVAS (como un abandono, una falta de lucha por el día a día), hacen que las características sean muy diferentes, así como, lógicamente, el tratamiento psicológico que se puede implementar.
En términos generales, en la tercera edad se suele presentar:
