La depresión en la tercera edad difiere de la depresión que puede aparecer en la edad adulta, tanto en los pensamientos como en las conductas asociadas al problema.
Evidentemente las preocupaciones que pueden llevar a una persona a caer en una depresión en las diferentes etapas de la vida, suelen ser diferentes.
En los ancianos hay que tener muy presente que las QUEJAS SOMÁTICAS y la FALTA DE PERSPECTIVAS (como un abandono, una falta de lucha por el día a día), hacen que las características sean muy diferentes, así como, lógicamente, el tratamiento psicológico que se puede implementar.
En términos generales, en la tercera edad se suele presentar: