A veces consideramos que tenemos un problema y esto nos produce una baja autoestima. Hablando con tu terapeuta tal vez lleguéis a la conclusión que el problema que tu considerabas el causante de la situación es derivado de una baja autoestima.
Es bastante habitual que las personas acudan a consulta por algún problema como ansiedad, problemas de pareja, dificultades de relación, etc, y durante la evaluación nos encontremos con un problema de base: la falta de autoestima.
Estas personas suelen tomar su problema de autoestima como un rasgo de personalidad, algo intrínseco y con lo que tienen que vivir, como si fuera algo inmodificable.
Es necesario en muchos casos, comenzar el tratamiento atendiendo a este factor como un potente mediador en el resto de los problemas de las personas.
El hecho de que la falta de autoestima se geste, en muchísimos casos, desde la infancia, no debe restar importancia al problema, ya que muchas decisiones personales y la forma en que nos relacionamos e interpretamos el mundo, pasan por nuestra propia posición en la situación.
De forma que si la autoestima es baja, la persona tenderá a pensar que "tiene lo que se merece", que es inútil luchar por mejorar las cosas o que no es digno de tener un futuro mejor.
Entre los problemas en los que se suele detectar una baja autoestima están:
Problemas de ansiedad (especialmente fobia social)
Abuso de sustancias
Celos patológicos
Dificultad en la solución de problemas
Problemas de relación
Fallos en el sistema de socialización de la persona (retraimiento social)
Falta de asertividad
Dependencia emocional
Es por ello que en muchas ocasiones, es importante trabajar la autoestima de la persona, modificando sus creencias erróneas sobre si misma para que puedan enfrentarse a los problemas del día a día, mirándolos de frente y no desde abajo.