TERAPIA FAMILIAR PARA LA SOLUCIÓN DE CONFLICTOS
En algunas ocasiones el núcleo de tratamiento no es la persona, sino la familia.
Determinadas dinámicas familiares pueden ser patológicas: casos de padres enfrentados con los hijos, familias divididas que parece que hacen alianzas unos contra otros, necesidad de terapia conjunta cuando existen problemas de adicciones o duelos que atañen a toda la familia.
En esa ocasión la terapia se vuelve dinámica, intentando dar un espacio a cada miembro de la familia para que exponga sus necesidades, sus frustraciones, se limen asperezas y se entre en una nueva dinámica que cambia el concepto "casa" por el concepto "hogar".
La terapia familiar requiere un entorno controlado, en el que se proporcionen pautas de comunicación basadas en el diálogo y no en la discusión. No se trata de hacer reproches o realizar imposiciones. El objetivo es conocer los sentimientos y razones de la conduccta de los miembros de la familia en conflicto para llegar a una armonía.
A veces la adolescencia de los hijos supone el principio de “extrañas alianzas” que enturbian la relación familiar, y la reasignación de roles, conseguir que todos se sientan cómodos en su papel en la familia, requiere escuchar y exponer, en vez de discutir. En la terapia familiar el psicólogo, como dinamizador controla el ambiente y ayuda a encauzar los temas de conflicto.
Es necesario que la terapia familiar tenga el firme propósito de alcanzar el consenso, no es un lugar para la batalla, sino para la reconciliación.
Si crees que una terapia familiar podría estabilizar o encauzar distanciamientos, pueden ponerte en contacto con nosotros en el siguiente enlace: