En esta ocasión no vamos a hablar de las causas de la ansiedad, ni tan siquiera de las sensaciones físicas que producen.
Me voy a centrar en aquellos pensamientos ansiógenos de corte obsesivo que requieren un acto por parte de la persona para poder tranquilizarse.
Es algo parecido a lo que les sucede a los pacientes con TOC, pero no con las mismas bases ni con las posibilidades de control con las que nos encontramos en una situación de ansiedad más usual.
Podemos poner ejemplos como la persona que mira 800 veces el móvil para ver si le ha llegado un mensaje, la que abre el Facebook para ver si algún amigo le ha comentado o etiquetado, el que se toma la temperatura varias veces al día por si tiene fiebre a pesar de no tener síntomas.
Esas personas comienzan con una idea que les produce ansiedad: “a ver si me ha escrito” y tiene que ir a comprobarlo.
El tiempo que pasa entre que lo piensa y lo mira se produce una elevación de la ansiedad, no le han escrito, mira que raro, y la ansiedad desaparece (puede aumentar el enfado, pero la ansiedad baja), se calma un rato, y al tiempo vuelve a sentir la necesidad de realizar la comprobación (elevación de la ansiedad).
Si la persona no corta esta cadena, la ansiedad se mantiene siempre en el mismo nivel, con picos estables de subidas y bajadas, que desgastan mentalmente al más pintado.
La forma de obrar es aguantarse las ganas. A pesar de querer hacer la conducta de comprobación, no se hace, la ansiedad se mantiene alta un tiempo pero luego disminuye, y con esta actitud, poco a poco va haciéndose más largo el tiempo entre un pico de ansiedad y otro, hasta que nos damos cuenta que la vida es otra cosa que la tontería que nos tiene obsesionados, y nos dedicamos a eso que se llama vivir.
Ya sabeis, es como la ex-novia que quiere escribir al ex-novio y le decíamos: “antes te cortas los deditos”, pues eso es un perfecto ejemplo: escribe para calmar la ansiedad, pero los resultados que suelen ser nulos
Realizar la acción calman por el momento para necesitar al cabo del tiempo escribir otra “gran cagada”, y así sucesivamente (hay gente que debería tener los dedos escayolados durante los tiempos de desenamoramiento, porque una cosa es calmar la ansiedad y otra caer al subsuelo de la dignidad)
Esto sería un ejemplo de me como la ansiedad, pero ni se me ocurre poner el dedo en una tecla (Ilustrativo, ¿eh?)
Os dejo la canción que me pidió el ex-paciente que acompañara (dentro de poco hacemos sección de saludos y felicitaciones de cumpleaños).
Disfrutad este día en familia o en vuestra soledad, que puede ser la mar de divertida si te pones a ello. Y sobretodo: bailar como enajenados, quema calorías y computa como ejercicio físico!