El DSM-5 incluye entre los los Trastornos Disruptivos, del Control de Impulsos y de la Conducta:
Trastorno Negativista Desafiante
Trastorno Explosivo Intermitente
Trastorno de la Conducta
Trastorno de Personalidad Antisocial
Piromanía
Cleptomanía
La característica central de estos trastornos es la dificultad para resistir un impulso o motivación o una tentación de llevar a cabo un acto perjudicial para la persona o para los demás.
El individuo siente de forma previa una tensión o activación interna antes de cometer el acto, experimentando sensaciones de alivio, gratificación o liberación cuando la lleva a cabo.
Posteriormente puede sentir arrepentimiento, pero esto no sucede en todos los casos. En la nueva clasificación se observa la inclusión de trastornos de inicio en la infancia y en la adolescencia.
Existen otros trastornos relacionados con la falta de control de impulsos (podríamos hablar de adicciones, trastornos de alimentación, agresividad, juego patológico, etc) pero que no los recoge el Manual Diagnóstico DSM-5 en este apartado.