Entre las prácticas habituales que realiza el acosador, están:
Constantemente realiza comentarios maliciosos sobre la víctima
Obliga a trabajar a la víctima con la persona que se “quedará con su puesto”
Control y vigilancia exhaustiva de la víctima
Denigrarle ante los jefes
Rechazar siempre las propuestas del acosado
No responderle ante preguntas verbales o escritas
Sus compañeros le evitan
Hacerle responsable de los errores ajenos
Provocarle con frecuencia
Por otro lado Leymann agrupa las actividades de acoso en cinco tipos:
Actividades para reducir las posibilidades de la víctima para comunicarse adecuadamente con otros:
se le interrumpe cuando habla
se hacen críticas a su vida privada
se le amenaza verbalmente o por escrito
se ignora su presencia
Actividades de acoso con el fin de evitar que la víctima pueda mantener contactos sociales:
se le aísla de sus compañeros
se prohíbe a los compañeros hablar con la víctima
Actividades de acoso que desacrediten y denigren su reputación personal o laboral:
se le ridiculiza
se le intenta someter a un examen o diagnóstico psiquiátrico
se le ponen motes y se le imita
su vida privada es motivo de burla
Actividades de acoso dirigidas a reducir la ocupación de la víctima y su empleabilidad:
no se le asigna ningún trabajo
se le asignan trabajos humillantes o demasiado difíciles
se le obliga a realizar tareas inútiles y/o absurdas
Actividades de acoso que afectan a la salud física o psíquica de la víctima:
se producen agresiones físicas, en ocasiones graves
se producen amenazas físicas
se ocasionan intencionadamente gastos para perjudicarla
se ocasionan destrozos en el puesto de trabajo o en el domicilio
pueden darse agresiones sexuales