Si aplicamos el concepto de Kintsugi a la vida, no taparíamos nuestras cicatrices emocionales, para nosotros su reparación, esas líneas de oro que vuelven a unir la pieza, hacen más valioso el conjuto, más sabio, mas resiliente.
Cada cicatriz es una muestra de nuestra capacidad de superación ante la adversidad, una forma de enorgullecernos de aquello que afrontamos y superamos.
Leer más