Los Trastornos Craneoencefálicos se clasifican según su gravedad en leves, moderados o graves,, en función de la puntuación que alcance el afectado en la escala de coma de Glasgow.
La clasificación sería:
Leve para los pacientes que se encuentren entre 15 y 13 en la escala.
Moderado para los pacientes que se encuentren entre 9 y 12.
Severo o grave para los pacientes que tengan una clasificación de 8 o menor.
CONMOCIÓN CEREBRAL
La conmoción cerebral es consecuencia de un TCE leve. Viene acompañada de una pérdida de consciencia. Habitualmente no encontramos signos debidos a una lesión cerebral precisa o localizada.
CONTUSIÓN CEREBRAL
Se habla de contusión cerebral cuando se encuentran signos focales, es decir, que se pueden localizar uno o varios sitios precisos donde el cerebro ha sido herido.
Los riesgos de epilepsia son más elevados en las situaciones de contusión cerebral que en la conmoción.
SÍNDROME POSTCONMOCIONAL
El síndrome postconmocional hace referencia a la aparición de un grupo heterogéneo de síntomas: somáticos, cognitivos y psicológicos, que pueden aparecer y persistir de forma variable después de un traumatismo craneoencefálico (TCE), en general, de leve intensidad.
CRITERIOS DIAGNOSTICOS (DSM IV)
A. Historia de traumatismo craneoencefálico que causó conmoción cerebral
B. Pruebas objetivas que evidencien deterioro de la capacidad para fijar la atención (concentración, cambio en la focalización de la atención, tareas cognitivas simultáneas) o de la memoria (aprendizaje o evocación de la información) a partir de tests neuropsicológicos o técnicas de evaluación cognitiva cuantificada
C. Hay tres, o más, de los siguientes síntomas después del traumatismo que duran al menos tres meses:
Fatigabilidad fácil
Trastornos del sueño
Dolores de cabeza
Vértigo o mareo
Comportamiento irritable o agresivo con o sin provocación
Ansiedad, depresión o labilidad emocional
Cambios de la personalidad (p. ej., comportamiento social o sexual inapropiados)
Apatía o falta de espontaneidad
SÍNTOMAS QUE PUEDEN APARECER EN UN TCE LEVE INCLUIDOS EN EL SINDROME POSTCONMOCIONAL
SOMÁTICOS
Cefalea: tensional, migraña, en racimos, neuralgias occipital, supra e infraorbitarias, secundaria a lesión cervical o de la articulación temporomandibular, debida a lesiones locales y mixta
Disfunción de los pares craneales
Mareo y vértigo
Tinnitus
Pérdida de audición
Visión borrosa
Trastornos en la convergencia
Intolerancia al ruido y a las luces brillantes
Disminución del olfato y gusto
Fatiga
Náuseas
Vómitos
PSICOLÓGICOS:
Irritabilidad e impaciencia
Inseguridad
Ansiedad y depresión
Preocupaciones hipocondríacas
Despersonalización y desrealización
Cambios de la personalidad: apatía, agresividad, labilidad emocional, etc.
Trastornos del sueño (somnolencia en la fase inicial)
Disminución de la libido
Anorexia
Intolerancia al consumo de alcohol
COGNITIVOS:
Trastornos de la memoria
Déficit atencionales
Aumento del tiempo de reacción
Disminución de la velocidad de procesar la información
Incoordinación psicomotriz
El síndrome postconmocional no aparece en todos los traumatismos leves. Aproximadamente, el 50% de los mismos muestran estos síntomas durante los primeros 3 meses, descendiendo el porcentaje al 33% a partir del tercer mes.
No existe un tratamiento específico para este tipo de alteraciones. El tratamiento, farmacológico, físico y psicológico, debe ser individualizado según las quejas del paciente.
No obstante, como recomendaciones comunes destaca un buen descanso y evitar excitantes o depresores del SNC (alcohol, café, tabaco, etc.). La mayoría de los pacientes con TCE leve regresa a su actividad laboral, aunque aproximadamente un tercio no consigue la reinserción laboral.
Las alteraciones cognitivas y conductuales se presentan como los principales factores de riesgo de esta discapacidad laboral.
EVALUACIÓN NEUROPSICOLÓGICA
La evaluación del Síndrome Postconmocional es muy controvertida en cuanto a criterios y pruebas utilizadas.
Si nos planteamos objetivos médico-legales tenemos que tener en cuenta aspectos como: discapacidad, valoración del daño cerebral, competencia civil y responsabilidad penal.
En definitiva, se trata de detectar lesiones y disfunciones cerebrales, analizar las consecuencias de las lesiones en términos de funcionamiento cognitivo, posibles trastornos de conducta y estado emocional, establecer los objetivos personales del programa de rehabilitación, valorar los progresos en el curso del tratamiento, establecer pronóstico inicial y guiar la posible reorientación profesional.
También es útil en evaluaciones médico-legales que sirvan de apoyo a los testimonios o peritaciones judiciales y/o cara a posibles indemnizaciones, así como para investigar la clínica neuropsicológica con el objetivo de confirmar, ampliar o modificar los actuales modelos explicativos del funcionamiento cerebral.
Cuando hablamos de Síndrome Postconmocional tenemos que evaluar: quejas somáticas, déficit cognitivos y alteraciones conductuales y emocionales.