Modelar la motivación para aprender. Los estudiantes deben percibir que se valora su aprendizaje y que de él se derivarán satisfacciones personales y la posibilidad de enriquecer su vida.
Comunicar expectativas y atribuciones deseables. Los estudiantes deben percibir que el profesor espera que aprendan con entusiasmo y que se preocupan por aprender y comprender los contenidos, no sólo por aprobar.
Minimizar la ansiedad de los estudiantes por el desempeño. El profesor debe crear un ambiente relajado en el que el alumno sea capaz de concentrarse, y procurar que las actividades estén estructuradas como experiencias de aprendizaje en vez de como pruebas.
Proyectar intensidad. Utilizar expresiones verbales y paraverbales que subrayen los contenidos del aprendizaje más importantes.
Proyectar entusiasmo. Si el profesor presenta el tema con entusiasmo conseguirá más fácilmente captar la atención de los alumnos (la actitud se contagia).
Estimular el interés o el aprecio por la tarea. Se puede incrementar el interés de los estudiantes por un tema o actividad exponiéndoles previamente su utilidad y pidiéndoles que ellos mismos aporten motivos por lo que puede ser importante.
Estimular la curiosidad. El planteamiento de preguntas o problemas que presentan alguna ambigüedad, la generación de debate, la necesidad de conseguir más información para resolver el tema planteado pueden ser estrategias que estimulen su curiosidad.
Estimular la disonancia o el conflicto cognitivo. Presentar aspectos inesperados, incongruentes, paradójicos sobre un tema y desafiar a los estudiantes a resolver la disonancia.
Hacer el contenido abstracto más personal, concreto o familiar. Relacionar las definiciones, principios y las informaciones generales o abstractas con experiencias concretas relacionadas con las vidas particulares.
Estimular a los estudiantes a generar su propia motivación para aprender. Se les puede estimular pidiéndoles que propongan temas o actividades que se relacionen con sus propios intereses.
Establecer objetivos de aprendizaje y proporcionar organizadores avanzados. Se incrementa la motivación de los estudiantes en sus aprendizajes si se les comunica el objetivo de los mismos y se les proporciona guías para el estudio.
Modelar el pensamiento relacionado con las tareas y la solución de problemas. Si el procesamiento de la información y la solución de problemas exigen hacer uso de estrategias que no son perceptibles para el estudiante, a no ser que se les muestre qué hacer y se piense con ellos en voz alta mientras se resuelve el problema.