Que los niños son como esponjas es algo que no pone nadie en duda, y que "parece" que están jugando y están atentos a todo lo que ocurre a su alrededor, también.
Esto nos da muestras de hasta qué punto los más pequeños pueden ir adquiriendo conductas a través de técnicas sencillas y efectivas (aunque necesiten de constancia en su aplicación por parte de los que las están aplicando).
A veces las personas se hacen un poco de lío para diferenciar las técnicas de modelado y moldeado, pero existen pequeñas diferencias entre ambas:
TÉCNICAS DE MODELADO
Se basa en un aprendizaje de tipo observacional de la conducta de un individuo o grupo (el modelo). Esta técnicas tratan de enseñar los principios que deben guiar la conducta del niño en diferentes contextos, observando la actuación del modelo y las consecuencias de sus acciones.
El modelado puede utilizarse para:
- Adquirir nuevas conductas o habilidades como serían el lenguaje, aseo, interacción social, afrontamiento del estrés y normas sociales convencionales entre otras.
- Promoción o inhibición de conductas que ya tenía el niño en su repertorio de conductas, como podría ser un niño que tiene una fobia a los perros y su respuesta ante la presencia del animal es gritar, temblar, salir corriendo, etc.
La conducta de otro niño o de un adulto, mostrando calma y una aproximación al animal, puede servir al niño para reducir su miedo y por imitación (aunque no es sólo la parte conductual sino el procesamiento cognitivo de una situación amenazante a "normal"), conseguir ir cogiendo confianza y actuar como el modelo, esperando la misma gratificación que recibe éste en su aproximación al animal.
- Eliminación de conductas inadaptadas: en este sentido el modelo reproduce la conducta que queremos extinguir y recibe las consecuencias negativas, o inhibe la conducta y recibe las consecuencias positivas, de forma que el niño "aprende en piel ajena".
Existen más campos de utilización de las técnicas de modelado, pero es importante reflexionar sobre el papel que muestran los padres y educadores en las conductas de los más pequeños
Si uno de los progenitores se muestra hosco, el niño tenderá probablemente a reproducir este comportamiento, y no sólo en la niñez, sino que existirá una tendencia a que sea su comportamiento saliente en la edad adulta.
Igualmente maestros con pautas educativas y comportamentales (recordemos que son los primeros héroes de nuestros hijos), suelen actuar de modelo en los niños.
TÉCNICAS DE MOLDEAMIENTO
Estas técnicas (moldeamiento y encadenamiento) tratan de crear conductas que no existen en el repertorio comportamental del niño.
En primer lugar la técnica a aplicar sería el moldeamiento de la conducta. De esta forma partiendo de una conducta global que queremos instaurar, se van reforzando las aproximaciones sucesivas a la conducta meta, de forma que según se va instaurando una adquisición, se pasa a la siguiente fase, reforzando la última en conseguirse.
El proceso constaría de los siguientes pasos:
1. Especificación de una meta (por ejemplo, ponerse el pantalón)
2. Establecimiento del punto de partida (por ejemplo, meter una pernera hasta la altura del tobillo)
3. Planificación de las aproximaciones sucesivas (primera pernera a la altura de la rodilla, posteriormente introducir segunda pernera por el tobillo, seguir con ambas perneras a la altura de la rodilla, posteriormente subir una pernera completa, posteriormente ambas perneras, para continuar con ajustar pantalón a la cintura).
El establecimiento de un nuevo objetivo una vez instaurada la conducta anterior será objeto de refuerzo. Es necesario en este tipo de técnicas realizar una descripción topográfica de la conducta dividiéndola en metas de que aproximen a la meta.
El encadenamiento supondría la formación de una conducta compuesta a partir de otras más sencillas que ya figuran en el repertorio del niño.
Un ejemplo lo podríamos tener en la conducta de cepillado de dientes, ya que partiendo de conductas preexistentes: coger el cepillo, echar la pasta, cepillado correcto, enjuague y recogida de pasta y cepillo, enseñamos al niño a configurar de forma correcta los diferentes pasos que conforman la conducta compuesta que queremos enseñar.
El encadenamiento puede realizarse hacia adelante o partiendo de la conducta final y recorriendo los pasos en sentido inverso, siendo ambas igualmente eficaces.
Las técnicas de moldeamiento son ampliamente utilizadas por los padres, si bien no es frecuente el análisis topográfico de la conducta, lo que hace que a veces se avance demasiado rápido sin haber conseguido superar las fases anteriores.
También es muy frecuente en la Educación Infantil (nada más asombroso que un niño de 18 meses poniendo el abrigo en el suelo y de una pirueta imposible colocárselo correctamente) y por supuesto, en etapas posteriores para la adquisición de competencias como las matemáticas y el lenguaje.