La adolescencia es un período de cambios tanto físicos como psicológicos. En este momento el adolescente comienza a hacerse preguntas y a cuestionar su mundo y a su persona.
Puede sentirse plenamente realizado y contento con su propio yo, o puede sentirse insatisfecho y “odiarse” porque lo que es no obedece a su ideal.
En general durante esta época aparecen los complejos, motivados por la importancia que conceden a su propio aspecto físico, y a veces por la falta de aceptación de los cambios corporales que se producen en esta etapa evolutiva.
También aparece la vergüenza, el miedo al ridículo, la sobrevaloración de la opinión del grupo sobre ellos mismos y la necesidad de agradar a sus pares.
Puede aparecer tendencia a la ocultación de su familia, de la que en ocasiones se avergüenzan por no considerarles lo suficientemente buenos respecto a la familia de sus amigos.
Todos estos problemas están reflejando la tremenda inseguridad propia de esta edad.
En algunos casos, esta inseguridad y la valoración negativa que hacen de ellos mismos (no reconocen sus cualidades, magnifican lo que consideran sus defectos), puede desembocar el problema de autoestima, depresión, ansiedad, hostilidad y en algunos casos tendencia al aislamiento.
Igualmente la falta de autoestima es un serio factor de riesgo para desarrollar problemas como la adicción a sustancias y trastornos de la conducta alimentaria.
ADOLESCENCIA ¿QUÉ ES LA AUTOESTIMA?
La autoestima es la idea que tiene una persona sobre su valor personal y denota el respeto que se tiene uno hacia sí mismo.
Las personas que tienen una buena autoestima se respetan, no están continuamente autocriticándose y son capaces de expresar sus opiniones, y preferencias personales sin miedo a ser rechazados por su grupo de amigos.
Las personas que tienen una pobre opinión personal sobre ellos mismos, magnifican sus “defectos”, se consideran peores que los demás y están siempre haciendo comparaciones con los demás (que casualmente nunca se trata de comparaciones totales, sino parciales, y es especialmente patente en temas corporales, especialmente en las chicas).
Estas personas idealizan a sus amigos, sin comprender que ellos también tienen sus puntos fuertes y débiles, tratan de parecerse a ellos y no suelen expresar su propia opinión, sino que se dejan llevar por los demás por temor a ser rechazados si expresan su opinión o preferencias.
En ocasiones la baja autoestima se deriva de una excesiva crítica de los padres. La comparación con otros niños, poner etiquetas a los hijos, remarcar sólo los fallos y no los logros, puede resultar muy perjudicial para la formación de la autoestima de un adolescente.
CÓMO PROTEGER LA AUTOESTIMA
Recuerda con frecuencia tus pequeños éxitos.
Identifica tus puntos fuertes y piensa en ellos.
Haz una lista de tus cualidades y recítalas en voz alta ante el espejo.
Escribe en un papel tus propias etiquetas negativas y al lado de ellas escribe una afirmación más compasiva.
Piensa que tú no eres la responsable de que los demás sean felices. Si se enfadan o se sienten mal, no es tu culpa.
No aceptes por las buenas las opiniones de los demás sobre ti. Reflexiona y piensa si están basadas en hechos racionales.
Acepta tus debilidades y errores como comportamientos. Los comportamientos son cosas que se pueden modificar. Los errores no afectan tu valor personal. Tú eres tú y tus errores son acciones que tu puedes corregir y aprender de ellos.
No te compares con los demás. Tú no eres ni inferior ni superior. Tú eres tu misma y sigue por tu propio carril.
No digas sí a todas las cosas que te pidan para que no se enfaden. Haz sólo aquello que quieras hacer.