La depresión infantil cursa con criterios diagnósticos diferentes según la edad, de esta forma en los niños la tristeza puede ser reemplazada por irritabilidad.
La duración de la distimia (depresión ligera de 2 años de duración en adultos), es de 1 año en niños, y se da mayor prominencia de afecciones somáticas y retraimiento motor, mientras que síntomas como el enlentecimiento psicomotor, la somnolencia o las ideas delirantes son más corrientes en adolescentes y en la edad adulta.
Para diagnosticar una depresión infantil hay que tener en consideración el nivel previo de actividad desarrollado por el niño, ya que algunos son pasivos y tranquilos independientemente de su estado de ánimo.
SÍNTOMAS DE DEPRESIÓN SEGÚN LOS GRUPOS DE EDAD
MENORES DE 6 AÑOS
Irritabilidad y tristeza
Pérdida de apetito, no ganancia o pérdida de peso
Pesadillas, terrores nocturnos, resistencia a irse a la cama, insomnio intermedio
Menos actividad física
Preocupación acusada por el castigo o por el fracaso
Autoagresiones en la cabeza, arañazos, tragarse objetos, mayor riesgo de lesiones
NIÑOS DE 6 A 12 AÑOS
Aburrimiento
Poca movilidad o mucha agitación
Baja autoestima, autodesprecio
Autoagresividad, autocrítica, sentimientos de culpa
Problemas atencionales
Ideación, planes, intentos de suicidio
NIÑOS DE 13 A 18 AÑOS
Tristeza, variabilidad en el humor, malhumor, ira, rebeldía
Pérdida de apetito, ganancia/pérdida de peso, comer en exceso, obesidad
Insomnio, hipersomnia
Cansancio, fatiga, falta de energía
Preocupación imagen corporal, baja autoestima, autodesprecio
Menos pensamiento abstracto, indecisión
Ideas, planes e intentos de suicidio
EPIDEMIOLOGÍA
La prevalencia de los trastornos depresivos es igual en niños y niñas hasta los 12 años, y a partir de esta edad es más frecuente en niñas.
Los trastornos depresivos infantiles no son un problema pasajero, la duración media de un trastorno distímico es de 4 años, mientras que la de un episodio de depresión mayor es de entre 7 y la del trastorno adaptativo de 21 semanas.
Igualmente, entre el 40% y el 70% de los niños deprimidos presentan simultáneamente otro trastorno, como trastornos de ansiedad, trastornos por déficit de atención y comportamiento perturbado y los trastornos por consumo de sustancia. Curiosamente la mayoría de los trastornos de ansiedad infantil preceden al episodio depresivo, justo al revés que en los adultos.
CAUSAS DE LA DEPRESIÓN INFANTIL
Aunque no existe un modelo explicativo de la depresión infantil, los factores familiares, motivados por la gran dependencia del niño respecto a su entorno, son factores de riesgo importantes de la depresión infantil.
Algunos de ellos son: depresión de los padres, malas relaciones matrimoniales, malas relaciones entre padres e hijos, especialmente las derivadas de un apego o vínculo afectivo mal establecido o roto por abandono, muerte o institucionalización.
También las derivadas de las actitudes de los padres que a veces tienen expectativas poco realistas respecto a los hijos, exigiéndoles metas inalcanzables o son demasiado sobreprotectores.
Igualmente, las malas relaciones entre hermanos, la existencia de normas inadecuadas de crianza y la ruptura familiar por divorcio o muerte de un familiar son factores que pueden precipitar la depresión infantil.
Desde la perspectiva conductual todos estos factores familiares conducirían a un incremento de las experiencias negativas (falta de comunicación, hostilidad, críticas, agresiones, etc.) y un descenso de las actitudes reforzadoras para el niño.
A veces a estos factores ambientales se añaden falta de habilidades sociales en estos niños, que los llevaría a situaciones de rechazo y aislamiento social.