Es cierto, no vamos a negar lo evidente, hay gente que tiene la suerte de su vida encontrando a la pareja perfecta y viviendo una vida maravillosa con fuegos artificiales y perdices en el tupper.
3. Son 3, que los tengo contados.
Las relaciones de pareja suponen un esfuerzo continuado para ir cediendo, avanzando, encajando.
Hay que tener más moral que "el negociador" para conseguir el equilibrio perfecto de la pareja, ese momento en que ya no son las hormonas, las mariposas en el estómago y los buenos propósitos de "ser mejor persona para el otro".
Ese momento en que ya lo que pensamos en nuestra propia estabilidad, que vemos los defectos del otro y el otro los nuestros y eso no nos impide avanzar.
Pero existen personas que parece que jamás tienen suerte en el amor: pasan de una relación mala a otra peor.
Es cierto que acumulan historias como para escribir un libro de anécdotas tristes y siniestras. El que no "cojea, renquea", y claro, la persona es a veces incapaz de sentarse enfrente de un espejo y decir: "¿son los otros o soy yo?".
Si has pensado alguna vez que tienes imán para la gente rara, párate. No vuelvas a decir eso, es demasiado fácil dejar a la causalidad el maltrato al que estás sometiendo a tu corazón por no hacer algo tan simple como: NO BUSCAR, NO CONFORMARTE. ESPERAR.
No te decidas por relaciones que no te convencen completamente, que presenta agujeros negros que intentas no ver, que piensas que con el tiempo desaparecerán, que la persona cambiará...cada uno somos lo que somos, y todos tenemos nuestra parte oscura.
Lo que hay que encontrar es la persona que sepa cuales son nuestras partes más complicadas, que sepamos cual es su peor versión y no resulte algo que mejor enterrar y hacer como si no existiera: o se puede con ello o no se puede, y si no se puede no se podrá, y entonces llegará la ruptura y la enésima queja de "tengo muy mala suerte".
Si te conoces, si sabes lo que te gusta, te emociona, te motiva, también sabrás lo que no soportas, te aburre, te enerva o consideras inaceptable.
Son puntos que tienen que prevalecer sobre las fastidiosas mariposas en el estómago. Los puntos fundamentales de tu vida deben prevalecer sobre el "ya cambiará".
Las personas pueden mejorar, claro, pero cambiar, cambiar...es algo complicado.
Deja de buscar. Corres el riesgo de caer en la desesperación y quedarte con lo primero que te encuentres (lo que ocurra no va a ser fruto de la mala suerte, será algo previsible).
Todos tenemos personas afines. La paciencia, la construcción de una vida plena puede resultar más atractiva para otras personas.
El poder decidir y el saber renunciar son opciones válidas: si en la frutería te llevas manzanas duras por no esperar que en media hora traigan un nuevo pedido, no te quejes de la mala suerte de la manzana que compraste: llévate otra fruta o espera que llegue el pedido de fruta madura y perfecta, y entonces, estira tu dedito acusador y di: "ésta".
Deja de maltratarte, deja de repetirte lo de "la mala suerte en el amor", líbrate de ese estigma.
El amor llegara, cuando no confundas compañía con amor. Cuando te des cuenta que el jersey de mercadillo hace bola aunque cueste cuatro duros y más vale ahorrar un poco y comprar ése jersey un poco caro pero que dura eternamente.
Ahora puedes pasar de ser la persona que busca el amor a la persona que deja que el amor le encuentre.
Suerte, vales más de lo que estás diciendo, así que mirada al frente y paso firme.