¿Conocemos a algún niño que le guste perder en los juegos? ¿Cómo puede ser que les dé igual suspender?
A los niños pequeños los suspensos les producen sentimientos de culpabilidad y frustración.
Cuando son algo mayores, suelen tener sentimientos de rebeldía, desinterés y una amplia desmotivación, pero en todos ellos se da un componente común: falta de confianza en ellos mismos, desmotivación, anticipación del fracaso.
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