DIVORCIO CON NIÑOS



La ruptura supone un cúmulo de emociones negativas.

Una ruptura en la que no hay intereses comunes es dolorosa, pero a fin de cuentas sólo tenemos que lidiar con una mudanza y un volver a comenzar.

Otra cosa bien diferente es cuando hay hijos por medio (ya cuando se tiene una mascota suele haber problemas, así que para qué queremos más).

Los niños no se divorcian, se divorcian sus padres. Si queremos a nuestros hijos debemos respetarles, no debemos privarles de uno de sus progenitores porque ellos no se han quedado huérfanos.

No podemos educar a un niño en el amor y respeto a su padre/madre y de golpe y porrazo hablarles mal, destrozar la imagen que tienen de ellos como forma de venganza. Dejemos que los niños se hagan adultos y tomen ellos mismos su decisión respecto a la relación que quieren tener con cada progenitor.

A veces la lengua necesita puntos de tanto mordérsela, pero por ellos si podemos hacer muchas cosas, evitarles las consecuencias psicológicas de un mal divorcio, habremos hecho un ejercicio de amor, de responsabilidad y de madurez.

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