Un paciente universitario acude a la consulta muy deprimido y preocupado.
Desde hace tiempo le cuesta muchisimo trabajo ir a la universidad, en concreto: entrar al aula. Tiene miedo de que tener un mareo en clase y ponerse a vomitar delante de “todo el mundo”.
Esta situación hace que desde que se levanta su primer pensamiento sea el miedo a vomitar en clase. Desde el desayuno empieza a notar mareo y el estómago revuelto, situación que se va incrementando según llega a la universidad.
Cuando entra al aula controla sentarse siempre al lado de una puerta para poder salir rápidamente. Esto le ha llevado a desplazarse a la universidad para inspeccionar un aula en la que se tenía que examinar y no la conocía para “comprobar las salidas”.
No sale con los amigos por miedo a marearse, y la situación se ha ido extendiendo a otros contextos: autobús, comidas familiares, cine,
Indagando sobre situaciones del pasado, este paciente tuvo un incidente en un autobús en una excursión del colegio: se puso malo y vomitó y todos se rieron de él.
Durante un tiempo se le pasó, pero en el momento en que ha tenido un mayor estrés y ansiedad: universidad, ha canalizado su ansiedad hacia ese miedo aprendido.
Actualmente su “miedo al miedo” le hace obsesionarse con la posibilidad del desmayo y el vómito, cada situación la analiza, siempre busca salidas alternativas. En este estado se muestra ante el resto de la gente como una persona callada y retraída (siempre está pensando en su miedo e intentando disiimularlo).
A pesar de ser un excelente estudiante, llegó a plantearse seriamente dejar la carrera.
Necesitó medicación adyuvante: ansioliticos y antidepresivos.
ANTECEDENTES
Al encontrarse mal, vomita y provoca la burla de sus compañeros. Coge miedo a que esto vuelva a suceder
SITUACIÓN ACTUAL
Tiene ansiedad ante el nuevo reto universitario, al sentir el malestar (normal y corriente) en los primeros días, lo asocia a la situación pasada y empieza a convencerse de que le volverá a pasar.
Tiene miedo a que algo suceda y eso hace que se incrementen sus síntomas físicos
La solución que él encuentra: “cuando estoy en clase y empiezo a encontrarme mal y creo que voy a vomitar me voy y me encuentro mejor”: EVITACIÓN
En otras situaciones piensa que le puede pasar lo mismo, y también se aleja de la situación: GENERALIZACIÓN
TRATAMIENTO
El paciente no sabía que padecía de agorafobia, sólo que tenía miedos, ansiedad y estaba triste.
En la parte cognitiva se le explica qué es la agorafobia y cómo puede ir apoderándose de la persona
Se le ayuda a buscar ejemplos que desmienten su teoría de que va a vomitar, ya que estadísticamente nunca le pasa, a pesar de que cada día piensa que le va a suceder
Se le enseña a utilizar un pensamiento racional ante las ideas catastrofistas,
Como punto importante está la EXPOSICIÓN EN VIVO a situaciones que le provocan ansiedad.
Dado que este paciente estaba muy afectado, se comenzó con una exposición en imaginación de las diferentes situaciones que le producían el miedo a vomitar, para posteriormente realizar la exposición a la situación en vivo.
Los progresos se monitorizaron en forma de gráfico de grado de ansiedad ante el estímulo ansiógeno, para que pudiera comprobar como la exposición y el cambio de pensamientos respecto a la situación, hacían que la ansiedad bajara progresivamente, hasta desaparecer.
Cuando comenzó a obtener resultados positivos, se le retiró (consensuado con su psiquiatra) el antidepresivo, y posteriormente se redujo de forma muy gradual el ansiolítico hasta su total supresión.
EVOLUCIÓN
El problema se solucionó, con algún repunte en situaciones posteriores de su vida de alta intensidad, que se solucionaron con pocas sesiones de refuerzo, disfrutando en este momento de una vida plenamente satisfactoria.
REFLEXIÓN
Muchas personas que experimentan síntomas físicos muy alarmantes y que son las campanas de aviso de la ansiedad no saben que su miedo en un momento deja de ser miedo como tal para pasar a tener miedo a los síntomas físicos, es “el miedo al miedo”.
Es importante detectar cuando EVITAMOS situaciones y esto nos produce alivio, y cuando de una situación en concreto que evitamos, pasamos a otras: situación que nos produce ansiedad, evitación y alivio ipso facto, porque la generalización de la limitación puede llegar a resultar de tal magnitud que interfiera en la vida de la persona.