Los lectores de mente hacen interpretaciones libres de la conducta de su pareja, y actúa según la convicción de que aciertan con su pensamiento.
Entonces se montan la película, de la película sale la bronca, porque el supuesto pensador/a puede protestar diciendo que eso no es lo que piensa, que no es cierto, y la otra persona dirá: “mientes”, nada, que uno no es dueño de sus pensamientos.
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