El divorcio es una situación familiar traumática en la que hay dos personas responsables: el padre y la madre. Los niños podrán disfrutar de una situación normalizada y estable en cuanto sus padres sean capaces de diferenciar sus problemas de adultos con las necesidades y sentimientos de los hijos.
Leer másPAUTAS PARA DEJAR UNA RELACIÓN
Poner fin a una relación es algo doloroso para quien toma la determinación: sabe que va a herir a la otra persona.
Este es motivo más que suficiente para que muchas personas demoren la finalización de una relación con otra persona, y continúan durante meses “atrapados” en una situación que va minando emocionalmente a ambos miembros de la pareja.
A continuación, exponemos algunas pautas para poner fin a una relación:
- Asegúrate de que quieres terminar: Este tipo de decisiones no se pueden tomar a la ligera. No pueden ser fruto de un momento de rabia o decepción, que llevaría en cualquier caso a un “enfado” con la pareja pero no a una ruptura definitiva.
Si amenazas con una ruptura porque estás en un momento de enfado, cabe la posibilidad de que en el fondo busques manipular a tu pareja, o “castigarla”, pero no se trataría de una ruptura madura y serena.
- Conciénciate: el que deja la relación pasa a ser “el malo de la película”. Es cierto que vas a ser la persona que ponga fin a la relación, la que abre la caja de los truenos, sin embargo, a veces hay que tomar este tipo de decisiones por el bien de ambos.
Puede ser un momento doloroso, pero a largo plazo es algo bueno para ambos, incluso para el abandonado. Nadie quiere que otra persona permanezca a su lado por pena, nadie merece eso.
- Escoge un buen momento: No escojas un momento especial, no hay buen momento para esto, pero sí hay mejores momentos. No lo hagas coincidir nunca con una celebración, no busques como aliados “un par de copas”, no lo hagas en un sitio muy concurrido, ya que las lágrimas son normales en estos momentos.
- Visualiza en tu mente la escena: Imagina que estás hablando con él/ella, y visualiza las posibles respuestas , contraargumentos y réplicas que puede hacer.
No esta de sobra que prepares lo que dirás en cada posible escenario. Podrás decir que es un poco calculador el asunto, pero he aprendido que quien no planea no sabe predecir o prever posibles formas de hacer mejor las cosas
- Antes de tener la conversación que pone fin a la relación, busca objetivamente los motivos que te llevan a esta ruptura. Busca la manera de exponerlos en la que tu pareja se sienta menos dolida, bastante tiene con el momento que se le avecina.
Intenta apelar al cariño pero no amor, y ante todo, sé honesto y claro en los motivos. Las medias palabras, la falta de argumentos concretos para el fin de la relación, hundiría más a tu pareja.
- Explicar de forma clara los motivos que ponen fin a la relación no significa que tengas que justificarte. Se supone que es una decisión con motivos que la avalan y es lo único que tienes que exponer.
No caigas en ambigüedades respecto a que sigues queriendo a tu pareja, son cosas que se dicen y sólo sirve para que la persona a la que se abandona albergue falsas esperanzas de reconciliación.
- Tras la ruptura debe existir una pausa en la comunicación entre ambas personas (algunas veces es una ruptura de comunicación definitiva). No es cierto que podáis “terminar como amigos”: los amigos no son pareja, son amigos.
A ambos os puede herir comportamientos que tengáis después de la ruptura, y la comunicación sólo retrasará el proceso de cicatrización de las heridas. Daros un largo tiempo para poner en orden vuestra vida.
- No permitas que esta conversación una vez finalizada prosiga durante horas, sólo servirá para que brote el rencor, para que pierdas los nervios, o tal vez para que te debilites y cedas ante ruegos de una reconciliación que lo único que hará es demorar el momento de la ruptura
Estas pautas pueden servirte para finalizar una relación, algo que sin duda causará daño a tu pareja, pero al menos puedes tener la tranquilidad de saber que habéis hecho lo mejor para ambos, y que lo has hecho de la mejor forma posible.
Y ante todo: sé maduro. No utilices una amenaza de ruptura para que la relación cambie: eso no funciona así.
Si realmente quieres terminar, hazlo, evitando herir el amor propio del otro y siendo firme en tu decisión: las dudas, las actitudes equívocas pueden hacer albergar falsas esperanzas a la otra persona, cuando tú estás actuando de forma egoísta: intentando un distanciamiento progresivo que a ti no te duela.
“Ey, te espero fuera
Ya sé que todo está de más
Y sé cómo es de grande
La culpa pesa un kilo más para el que parte”
TERAPIA DE PAREJA: TRABAJAR PARA AVANZAR
La Terapia de Pareja necesita la colaboración de ambos
¿Y CÓMO AYUDA UN PSICÓLOGO A UNA PAREJA EN CRISIS?
Además de escuchar el problema que les lleva a la consulta (la llamada punta del iceberg), hay que hacer un poquito de prospección, indagar en la historia de la pareja para conocer los puntos que les unieron y dónde están las fisuras. Normalmente lo que les lleva a la consulta es la gota que colma el vaso: hay que analizar el contenido del vaso.
Leer másDEPENDIENTE EMOCIONAL: ¿SE NACE O SE HACE?
El dependiente emocional: Suelen ser personas con una baja autoestima, no creen en sus propias posibilidades de labrarse un futuro satisfactorio, de poder hacer aquello que les guste o proporcione una sensación de realización personal. Viven en un mundo en el que predomina el miedo a la soledad.
Leer másY TU, ¿POR QUÉ GRITAS A QUIEN AMAS?
El refranero popular debería ser asignatura de primero en la carrera de Psicología, y es que recoge la experiencia de la vida de una forma simple y a veces muy certera.
"Donde hay confianza da asco", sería un excelente ejemplo de cómo se tratan algunas parejas según va pasando el tiempo de convivencia: se pierden el respeto.
Visto desde fuera resulta sorprendente como personas que tienen un proyecto de vida en común, y en muchos casos hijos, están permanentemente en lucha, soltando descalificaciones a la mínima, poniendo el grito en el cielo a cada minuto o contestando con ladridos a cualquier demanda de su pareja.
¿Acaso se han dejado de querer? pues no, no tiene nada que ver. Se quieren pero se han dejado en el camino algo esencial que les unió: el deseo de cuidarse, la admiración, el respeto.
Cuando vienen personas a la consulta para una terapia de pareja con este problema (no se aguantan, no paran de discutir en todo el día, se llevan la contraria sistemáticamente, todo les sienta mal), lo primero que observo es la falta de contacto ocular entre ellos, unido evidentemente a la falta de contacto físico.
Se echan en cara auténticas barbaridades, no se ponen en el lugar del otro y sólo parecen estar pendientes de quedar por encima, de demostrar que uno es el bueno y otro es el malo.
La situación lógicamente es de una gran hostilidad, primando el afecto negativo en sus relaciones. Les suelo preguntar: ¿Vd. habla así a su jefe? la respuesta es un no tajante. Mi siguiente pregunta es: ¿si tuviera que elegir, perdería el trabajo o la pareja? la respuesta es el trabajo.
Ya tenemos la ecuación: lo más importante es la pareja, pero a la pareja se le chilla PORQUE NO HAY AUTÉNTICAS CONSECUENCIAS NEGATIVAS. Al jefe no, es algo impensable.
Este es el punto de arranque: "resetear" la pareja a punto inicial, cuando el intercambio de gestos y palabras era gratificante, cuando se intentaba hacer feliz al otro, sintiendo la necesidad de crear amor.
Se pierde la forma, pero no el fondo, que simplemente ha quedado dormido. En terapia de pareja se trata en primer lugar de hacer ver a las personas su actitud, lo negativo de los comentarios que ya han dejado de dar importancia, marcando cada uno de ellos e instando a las personas por expresar sus necesidades, deseos, e incluso lo que le incomoda de forma positiva.
Posteriormente existen técnicas específicas para incrementar los "refuerzos positivos" entre las parejas (es increíble ver cómo cuando se les proponen algunas sencillas técnicas sonríen azorados, como si les diera apuro expresar ternura).
Existiendo una base de amor y un deseo de permanencia por parte de ambos, erradicar los hábitos nocivos que han convertido la convivencia en un intercambio hostil es una tarea ilusionante.
La pareja que pasa por esa experiencia suele relatar después una mejora en la calidad de la relación que no sólo pasa por la convivencia en sí, sino por el deseo de recuperar muchas sensaciones dormidas.
LAS REDES SOCIALES: EL AMOR VIRTUAL
Infidelidad virtual: tan fácil
Cada día es más tristemente frecuente encontrarse con casos en terapia de pareja de parejas al borde la ruptura por una "infidelidad virtual".
Sin entrar en generalizaciones, me gustaría centrarme en un caso bastante típico, o al menos muy frecuente en mi consulta: varones con pareja de larga duración y una vida estable que en un momento dado comienzan a tener una aventura amorosa por las redes.
No entro en el apartado redes sociales de contactos, porque en ese caso existe una clara disposición a buscar la aventura, el caso en el que me centro empieza por un inocente intercambio de mensajes en redes sociales y terminan por una relación cada vez más personal a través del teléfono móvil.
En los casos en que me centro, no se tratan con parejas con más problemas de los habituales, tan solo la rutina y en algunos casos la falta de comunicación producen un sentimiento de aislamiento dentro de la familia.
Y en este momento aparece "el aire fresco": una mujer encantadora, siempre dispuesta a escucharnos, que nos alaba por lo maravillosos que somos, que siempre nos manda esa "canción especial" y aparece el enganche y la desconexión de la realidad.
La persona centra toda su atención en la recepción de los mensajes que elevan su autoestima, les hace vivir una "realidad paralela" en la que todo es positivo, en la que ellos pueden perfectamente dar una imagen sobrevalorada de si mismos (y ellas también, por supuesto), en la que no hay obligaciones, discusiones, rutina.
Cuando el hombre se ve atrapado en esta situación desconecta de su vida, no es consciente de la deslealtad, y empieza a sentirse molesto por la vida familiar, por todo aquello que le aparte de su mundo ideal. Es un proceso de REFORZAMIENTO POSITIVO: siempre reciben algo positivo de esa interacción, y claro, eso engancha.
A veces es complicado detectar la situación, pero cambios de conducta en casa, distanciamiento, estar como en las nubes, dependencia del móvil, control de contraseñas, llevárselo al baño, tenerlo en silencio, criticar todo lo de casa, pueden ser señales de que algo va mal.
CUANDO SE DESCUBRE LA DESLEALTAD
La pareja cuando lo descubre lo considera una infidelidad, pero a mi me gusta más llamarle deslealtad, porque en la mayoría de los casos no existe una relación real y la persona no se ha planteado dejar a su pareja ni nada por el estilo, está bien viviendo en el fastidioso mundo real y en el que se ha construido viviendo su segunda juventud a coste cero, pudiendo ser quien desearía ser y no quien es.
Bajar al mundo de los mortales, darse cuenta de lo falso que era lo que estaba viviendo, el engaño subyacente en la mayoría de los casos (por ambas partes), es un proceso lento, y también doloroso, ya que la pareja se siente destruida, desengañada, decepcionada.
Afortunadamente estos casos no suele repetirse la historia: la persona suele aprender de la experiencia, pero a veces a costa de una lenta y dificultosa terapia de pareja.
COMUNICACIÓN EN LA PAREJA: "LOS LECTORES DE MENTES"
Los lectores de mente hacen interpretaciones libres de la conducta de su pareja, y actúa según la convicción de que aciertan con su pensamiento.
Entonces se montan la película, de la película sale la bronca, porque el supuesto pensador/a puede protestar diciendo que eso no es lo que piensa, que no es cierto, y la otra persona dirá: “mientes”, nada, que uno no es dueño de sus pensamientos.
Leer másAMOR VIRTUAL, REALIDAD VIRTUAL
La irrupción de las redes sociales como parte de nuestra vida está causando serios estragos en muchas parejas hasta el momento estables.
El proceso, que suele comenzar con un "reencuentro" de viejos amigos en Facebook o un conocimiento paulatino en otras redes tipo Twitter (vamos a dejar de lado otro tipo de redes de contenido explícito para buscar pareja o relaciones rápidas), suele convertirse en un proceso de bola de nieve que acabe con una relación.
Curiosamente es más frecuente que la persona "enganchada" sea un varón, de mediana edad y sin antecedentes de infidelidades.
El sistema es simple, aunque la persona que está pasando por este trance lo ve como una obsesión y no logra comprender cómo ha llegado a este punto.
Los ingredientes son perfectos: falta de compromiso, poder vender una imagen idealizada de uno mismo, atención constante, focalización en temas amorosos o que incrementan la autoestima de la persona y ausencia de todo aquello que puede suponer rutina, compromiso o las situaciones a veces incómodas que se producen en la convivencia.
Normalmente la persona "captada" se siente hechizada ante los halagos que recibe, siempre existe una constante gratificación que le hace alejarse de la realidad, y como si de una droga se tratara comienza a obsesionarse con la llegada de mensajes, canciones dedicadas, verbalización de fantasías sexuales y la sensación de sentirse nuevamente joven, enamorado, apasionado.
Este tipo de relaciones suelen ser simples fantasías donde ambos miembros dejan fluir todo aquello de lo que carecen en su día a día.
En muchas ocasiones el hombre comenta que no puede llegar a comprender cómo ha podido desvincularse completamente de su pareja, a pesar de quererla y ni siquiera estar pendiente de los hijos, como "si se sintiera abducido". No entienden una situación racional directamente porque no lo es.
El sistema de gratificación intermitente es un clásico en las teorías de aprendizaje: si quieres someter a un animal a estar pendiente continuamente de que haga algo, no le refuerces siempre, hazlo de forma intermitente, sin pauta fija ni horarios. Así de simple funciona el aprendizaje y así de simple se crea una ciber-obsesión.
La forma de salir de ella es altamente traumática. Por una parte suele producirse porque la pareja se da cuenta, y es el momento de enfrentarse a la realidad: seguir en pos de la fantasía o intentar recuperar la pareja.
Al principio es complicado: la obsesión es tan fuerte como la droga dura y la persona tiene dificultades para controlar sus deseos de consultar el móvil o el ordenador, piensa continuamente sobre lo ocurrido como algo idealizado. Por otra parte la otra parte de la pareja se siente engañada y con deseos de ruptura.
La terapia en estos casos siempre comienza con la persona que ha sufrido esa obsesión: hay que devolverle a la realidad y mitigar los sentimientos de culpa, hay que buscar el por qué los halagos pueden llegar a enganchar de tal forma.
A veces la falta de autoestima es la base del problema. En otros casos no podemos negar que hasta la pareja más perfecta puede haber entrado en un ciclo rutinario en el que se necesiten introducir cambios para reactivar las emociones.
Tras el trabajo con la persona afectada para que comprenda la realidad y la disocie de la fantasía, se trabajan aspectos de su personalidad, y de forma paralela, muy frecuentemente hay que trabajar con el otro miembro de la pareja, primero para que comprenda que lo sucedido pertenece a una realidad completamente virtual (no por ello menos dañina pero con otra base).
Hay que evitar los reproches, las preguntas de los por qués que en muchísimas ocasiones no tienen respuesta, porque hablamos de personas que en ese momento no actúan de forma racional, sino impulsiva.
Por último, sesiones de terapia de pareja pueden ayudar a fomentar la confianza,, buscar nuevas vías de relación y ayudar a comprender que a veces una crisis, tan dolorosa como esta, puede servir para reforzar la relación y solucionar problemas latentes, que en ocasiones han estado ocultos durante años.
¿POR QUÉ DE REPENTE MI PAREJA SE HA VUELTO CELOSA?
Esta conducta suele estar motivada por un cambio vital que ha hecho que la persona (en este caso estamos hablando de hombres) que motivan una BAJADA DE AUTOESTIMA: cuando el hombre se siente menos valioso comienza a pensar que su pareja "puede preferir a cualquier otro". Se desvalorizan y sienten el peligro de ser abandonados.
Leer másAMAR ES UN ARTE QUE POCOS CULTIVAN
Es difícil amar a otro más que a uno mismo, pocas veces se logra y nos conformamos con sucedáneos de lo que debería seguir creciendo hacia la perfección, pero nuestra incapacidad, nuestros miedos o la falta de memoria nos hace estancarnos en relaciones buenas pero no bellas.
Ojala pudiéramos sentir por nuestra pareja como el primer día. La verdad, sería agotador, pero a la vez, y esto no es cuestión de intensidad sino de calidad, el conservar intacta la motivación hacia la otra persona nos haría ponernos las pilas y no dejar nuestra relación como algo estable pero un poco inerte.
Os propongo que reflexionéis (a aquellos que tenéis pareja, el resto toca esperar tiempos mejores).
¿Qué tal vamos con aquel deseo irracional de ver, tocar, oler a nuestra pareja? tal vez lo hayamos cambiado por poner una mejilla indiferente para recibir unos frios labios a la vuelta del trabajo.
¿Os acordáis cuando os arreglabais y ambos parecíais dos sanluises cuando quedabais para tomar el aperitivo? mira a tu lado: tú eres la de la bata horrorosa y supercómoda y él se está rascando el glúteo en calzoncillos y una camiseta raída. Esa confianza que da asco.
Antes sus “cosas” nos hacían gracia y ahora nos superan. La crítica, el no pasar ni media, suele ser una práctica habitual en parejas que se llevan bien (a no ser que uno de los miembros sea pasota profesional).
A veces la pareja se vuelve competitiva para conseguir sus propios objetivos y se olvida que la convivencia es no vivir juntos, es VIVENCIAR juntos.
No es cuestión de quien consigue el máximo confort o que la vida se adecúe mas a sus deseos, se trata de hacer de la vida una aventura maravillosa, de poder disfrutar cada minuto del que disponemos, de coger fuerzas para afrontar los malos momentos con cohesión, sintiéndonos arropados.
Amar no es olvidarse de uno mismo, en absoluto. La persona sigue siendo un ente individual que necesita sus parcelas, y que va nutriendo su personalidad.
En el amor hay sitio para el ser individual, pero la persona siente que sus propias experiencias, su parte personal, de forma que siempre puede aportar nuevas cosas a la pareja. Si dejas de ser uno mismo para ser parte del otro pierdes tu esencia, y no te nutres ni puedes nutrir a la relación.
Dejad de lado las rutinas, vivid como locos la experiencia del amor.
Utilizar la cabeza para hacer planes sorprendentes, usar las manos para volver a las caricias, usar los ojos para mirar y no sólo ver.
Comunicaros, confesaros, expresaros, haced de vuestra pareja el compañero perfecto con todas sus imperfecciones, y sí tenéis que aprender a respetar a la otra persona con sus defectos, porque así le conocisteis y le amasteis.
El viejo truco del “ya le cambiaré” es algo estúpido, es como querer programar que la persona a la que empiezas queriendo como es debe terminar siendo un frankenstein de lo que a ti te conviene, si tu no quieres que te cambien, ¿por qué has de cambiar a tu pareja?
Si no eres alérgico, dedica el domingo a disfrutar y no hacer limpieza general como si hubiera revisión de tropas a las 8 de la tarde. Nadie vendrá a decirte que tu casa es una patena, pero te habrás perdido un abrazo en el paseo, una broma, una siesta llena de paz….
La memoria es una de las más potentes armas para cultivar el arte del amor. Memoria para no perder de vista lo que te llevó a la persona y todo aquello que deseabas hacer junto a ella.
Vive el amor como un arte y no como una rutina. Compartir la vida con otra persona puede ser una aventura apasionante. No la degrades, no dejes pasar la oportunidad de convertir tu vida en un viaje maravilloso .
Yo he visto parejas de ancianos que resumían a la perfección esta lección bien aprendida. Ver la ternura de sus manos entrelazadas, sus ojos cruzarse, cómo se ayudan a caminar es de las experiencias más sobrecogedoras y bellas que se pueden vivir.
Luchar por ser una de esas parejas. Está en vuestras manos.
TERAPIA DE PAREJA: ¿PODRÍA SER AMOR? TE AYUDAMOS A COMPRENDERTE
Una vieja polémica, aún no resuelta, es la que intenta distinguir al amor de otros estados emocionales y sentimientos como la atracción, el gustarse y el simple “enamoramiento”:
¿Es cualitativamente similar a los demás tipos de atracción interpersonal, con diferencias cuantitativas de intensidad, o es una realidad psicológica distinta y específica?
Y, por otro lado ¿son todos los tipos de amor similares o tienen características diferenciales?
Tradicionalmente, la psicología científica ha defendido diferencias cualitativas entre el amor y la atracción, así Rubin presentó una escala diferenciadora del amor y la atracción, siendo los elementos cruciales los siguientes:
Leer másTERAPIA DE PAREJA: NUNCA TE SEPARES "EN CALIENTE"
La decisión de una separación o un divorcio no puede ser tomada en base a un enfriamiento de la relación o disputas continuas sin darse la oportunidad de realizar una terapia de pareja que pueda solucionar problemas que se han ido “haciendo bola” pero que son abordables.
Por ello, las separaciones “en caliente”, producto de ir obsesionándose conque las cosas van mal, sin intentar arreglarlas, pueden ser la peor decisión de la vida.
Leer másAMOR, ENCAPRICHAMIENTO.... ESE TERRIBLE LIO DE LAS EMOCIONES
Debe distinguirse entre el verdadero amor y la pasión, describiéndose el primero como maduro, duradero y sensible, frente a la pasión que se describe como infantil, caprichosa e irracional; de igual modo se diferencia del efímero amor romántico, siendo el amor verdadero más realista y duradero y más propio de las personas casadas que de las solteras.
Leer másRUPTURA DE PAREJA: LA PÉRDIDA COMO ENFERMEDAD OBSESIVA
La obsesión ante la pérdida de una relación es una experiencia devastadora para el ser humano.
Es un estado de incapacidad de ser racional en lo que se piensa, se siente y lo que se ha vivido, que la persona, a pesar de comprender lo ilógico de sus sentimientos, no puede dejar de vivir pensando en la persona, anhelándola, buscando formas de solución y en muchos casos dedicando muchísimo tiempo a "perseguirla" y "espiarla".
Las personas relatan la focalizan absoluta de toda su vida y pensamientos en esa persona.
Son capaces de recordar las situaciones que les han llevado a la situación de ruptura, si ha habido infidelidades están dispuestos a olvidarlas (algo que lo piensan pero que en realidad, si recuperaran a la persona, sería el principal punto de inicio del nuevo proceso de ruptura).
Normalmente estas personas se encuentran aisladas de su entorno, que comienzan siendo comprensivos con su situación y acaban por exponerle la cruda realidad de lo enfermizo de la situación.
Cuando una pérdida sentimental se convierte en obsesión tiene que ser objeto de ayuda psicológica intensa, y en los momentos iniciales muy complicada por las propias barreras que pone la persona que se resiste a pensar en iniciar una vida en la que la persona perdida sea el núcleo de sus sentimientos y acciones.
El tratamiento pasa lógicamente por una búsqueda de actividades que puedan desconectar a la persona de ese pensamiento obsesivo, al principio no lo consiguen, y se requerirá paciencia y constancia para que vayan viendo como "poco a poco" ese cien por cien de tiempo dedicado a pensar, vigilar y hablar sobre la persona perdida se va reduciendo.
Las amistades tienen un papel fundamental de apoyo para la persona, y deben evitar, activamente, hablar sobre este problema: la escucha empática, tan sanadora en los momentos iniciales, se puede volver una forma de retroalimentación para la persona respecto a sus pensamientos obsesivos.
Actividad, ocio alternativo, deporte si es posible y una terapia psicológica que ayude a la persona a que comprenda la realidad de la situación de pérdida son las formas adecuadas de tratamiento del problema.
Entendiendo siempre que el psicólogo no va a convencer en absoluto a la persona de lo inadecuado de sus pensamientos o de las pocas posibilidades que tiene de recuperar una relación cuando está definitivamente acabada.
La tarea del psicólogo en estos casos es la reestructuración cognitiva del propio paciente que es quien debe ir modificando sus pensamientos, buscando vías alternativas y siendo él mismo capaz de comprender que la obsesión por una persona deseada cuando es inaccesible.
La obsesión sólo produce sufrimiento, hace que no seamos conscientes de la realidad que nos llevó a esta situación, idealizando los buenos momentos y olvidando el dolor anterior y siendo incapaces de comprender que somos nosotros mismos los que trazamos nuestro futuro, los que tenemos la capacidad de superar las situaciones dolorosas (recordando lo bueno y lo malo) y haciendo un pronóstico real de "a qué nos llevaría esa situación si volviéramos a recuperar lo perdido".
Difícil, muy difícil, es una situación tremendamente dolorosa para el paciente. Pero como parte positiva, la superación de la obsesión genera un sentimiento de fuerza interior en el individuo, un incremento de la autoestima y una nueva ilusión por vivir que de poder experimentarla, sólo por unos segundos al inicio del proceso, les "daría alas" en su proceso de curación.