EL DUELO ARREBATADO (DUELO PERINATAL)
Siempre se ha dicho que la pérdida de un hijo es un acto contra natura, y el dolor más grande que unos padres pueden llegar a sufrir.
Sin embargo, la pérdida de un bebé no nacido es socialmente considerado de otra manera, y se “espera” de los padres un consuelo con consideraciones que lejos de ayudar, sólo consiguen que los padres no se sientan validados para sufrir y experimentar su duelo.
Se trata como si fuera un dolor pasajero, casi un trance de la vida que tardará poco en curarse. Y en demasiadas ocasiones las personas no saben cómo consolar a la persona (o tal vez mejor que no lo hiciesen, porque hay comentarios muy desafortunados).
El duelo se silencia, se minimiza o se silencia porque “desde fuera” es más difícil empatizar con la pérdida de un hijo con el que no se ha convivido.
¿Y qué ocurre con las ilusiones de los padres? ¿Y el dolor por todo lo que soñaron y ya no pasará? ¿Y ese tiempo de hablarle, estar pendiente de sus movimientos, esperar con anhelo la ecografía para intuir el avance en su crecimiento?
Para aquellas parejas que están esperando un hijo, la paternidad/maternidad comienza en el momento que ya le dan un lugar en su proyecto de vida, que vuelcan sus ilusiones en el momento de poder acogerle.
Esa madre que cuida su alimentación escrupulosamente, esos padres que pasean para hacer la gestación más sana y llevadera, están actuando como padres.
No se es más padre/madre porque el niño haya pasado tiempo con nosotros. El duelo es diferente. En un caso es por el que nos dejó, con el recuerdo de sus gestos, sus palabras, con los momentos compartidos. En el otro caso el dolor es por el que no pudimos llegar a abrazar, por todas las ilusiones que se rompen con absoluta incredulidad.
Diferentes pero duros.
Es importante que comprendamos el duelo prenatal y ayudemos a pasar este trance. Hablar de ello, construir un proceso de duelo en el que se transite por las distintas fases del dolor, llegando a integrar la pérdida convirtiendo el dolor punzante en un recuerdo de amor que vive dentro de nosotros y nos acompaña, puede ayudar a las parejas que sufren esta situación.
Conviene darle el lugar que merece en nuestra sociedad. Hablar de ello y construir procesos de duelo conscientes y eficientes puede ayudar a las personas que sufren esta pérdida a transitar su dolor e integrarlo para poder seguir adelante con una vida plena y feliz.
Es importante tener presente que el duelo no supone olvido, supone integración de la persona vivida dentro de nosotros mismos, de forma que vivan dentro de nosotros en vez de fuera. La superación es la integración.
El proceso de duelo gestacional nos ayuda a pasar del dolor y la ira al recuerdo amoroso.