el coaching psicológico promueve cambios en las personas desde un enfoque integral, aunando las teorías de la motivación con otros factores individuales de cada persona
Leer másAREAS DE INTERVENCIÓN DEL ASESORAMIENTO PSICOLÓGICO
COACHING PARA EL CRECIMIENTO PERSONAL
El campo de la Psicología no se restringe a la ayuda de personas que tienen un problema personal importante o necesitan un tratamiento psicológico por un trastorno determinado.
Hay personas que buscan el apoyo y consejo más allá de su círculo de amistades (necesaria y conveniente para toda persona), porque quieren mejorar aspectos de su personalidad, sus relaciones con otras personas o su forma de enfrentarse a los problemas.
Estas personas buscan ayuda en un asesor psicológico (coach) que les va dando diferentes propuestas de actuación para que vayan abriendo las posibilidades de actuar.
No se trata de dirigir, se trata de aconsejar y de proponer vías alternativas que hacen más adecuado el funcionamiento de las personas. Este tipo de actuación se basa en la Psicología Positiva, rama de la psicología que tiene como pilares:
ÁREAS DE INTERVENCIÓN DEL COUNSELLING
El Counselling tiene un campo de actuación muy variado, centrado más en el ajuste personal que en una patología psicológica. Entre las áreas que aborda están:
Inoculación del estrés
Incremento de la energía personal
Motivación
Control de conductas adictivas
Dependencias (emocionales, laborales, personales)
Problemas de autoestima
Aceptación personal
Organización de la vida personal
Priorización de tareas
Aprendizaje de gestión de ocio
Habilidades sociales
Adaptación a cambios personales
Búsqueda de relaciones personales
Crisis existenciales
Tácticas asertivas
¿POR QUÉ PONER UN PSICÓLOGO "COACH" EN TU VIDA?
el asesoramiento psicológico personal puede resultar muy beneficioso para una persona, sirviéndole para descubrir sus potencialidades, animándole a enfrentarse a nuevos retos o enseñándole estrategias para poder hacer frente a las exigencias del medio.
Leer másAMAR ES...PERSEGUIR UNA ACTITUD POSITIVA
Ante los problemas de la vida (grandes o pequeños) somos nosotros mismos los que decidimos cómo afrontarlos.
Los problemas no tienen peso específico, no tienen la cualidad de poder definirse por niveles, porcentajes, magnitudes físicas. Se definen por cómo los afrontamos, por una decisión personal de gestión de la dificultad y el dolor.
Obviamente no será lo mismo la rotura de un pie que el incendio de una casa, no tiene la misma repercusión ni movilizará en nosotros tantos recursos para su gestión. PERO (debería decir mejor: PERO) es la forma en que decidimos hacer frente al problema lo que definirá el nivel de sufrimiento.
La resiliencia es un concepto básico en el afrontamiento de problemas: la capacidad para crecerse ante las dificultades. En el extremo opuesto a la persona resiliente estaría la persona débil y victimista.
Los victimistas tienen un componente tóxico y un poco chupóptero de la energía de los otros. Ante las dificultades no se toman ni un tiempo mínimo en intentar afrontar los problemas, buscar soluciones, crecerse.
Su forma de actuar es cómoda y sencilla: "si tengo un problema y se lo transmito a mis allegados como algo insalvable y que me hace sufrir inmensamente, ellos se sentirán responsables de aliviar mi sufrimiento".
El concepto como cómodo es comodísimo, es como pasar el testigo en una carrera de relevos: te paso mi dolor y así me alivio yo.
Las personas que actúan así muestran muy poco amor por las personas que les rodean. Nada produce más impotencia que ver a una persona derrotada y que no hace esfuerzos por mejorar su situación, de la que hay que tirar continuamente como un pesado fardo que llevamos a la espalda.
No existe problema en el mundo que no pase por el tamiz de nuestra propia valoración, de nuestros intentos por afrontarlo. La ayuda de las personas que nos quieren resulta fundamental (el apoyo social es básico en la superación del problema), pero no podemos dejar de diferenciar entre APOYARSE y TIRARSE ENCIMA DE.
Querer a alguien, cuando tienes un problema, pasa por hacer esfuerzos (los que se puedan, grandes o pequeños, exitosos o tan solo intentonas) de salir adelante.
Eso ofrece seguridad a las personas que nos rodean respecto a que estamos intentando afrontar las situaciones, que nos pueden dar la mano para recorrer el camino, pero que no tienen que llevarnos a su espalda.
Cuando tengas alguna dificultad en la vida, por favor, muestra amor a los tuyos. Mírate en un espejo a los ojos, busca la fuerza en tu interior y llega hasta donde puedas, siempre tendrás a los tuyos para acompañarte en los desiertos de la vida, pero no les hundas innecesariamente con el peso emocional de tirar de un carro que no quiere rodar, que quiere que le lleven en volandas.
Nunca digas "NO PUEDO" sin intentarlo, estarás diciendo "ME QUIERO MAS A MI QUE A TI", y todo lo que venga después, piénsalo en tu interior, serán palabras vacías.
COACHING PSICOLÓGICO: LA PSICOLOGÍA POSITIVA PARA TU BIENESTAR
TERAPIA PSICOLOGICA BASADA EN LA PSICOLOGIA POSITIVA PARA AYUDAR A LAS PERSONAS A MOSTRAR SU POTENCIAL
Leer másCLASIFICACIÓN DE NUESTRAS FORTALEZAS (CLASIFICACIÓN VIA)
Clasificación de nuestras principales fortalezas. Las tenemos, o las tenemos que desarrollar
Leer másUN PEQUEÑO TRUCO PARA MEJORAR LA COMUNICACIÓN
Técnicas para mejorar la comunicación basadas en la escucha empática, cambiando la posición de sentirse atacado a dar la oportunidad a la otra persona de conocer nuestros sentimientos y la motivación para actuar de la manera que ha generado nuestro conflicto interno.
Leer másBUSCAMOS LA FELICIDAD, PERO ¿QUÉ ES LA FELICIDAD?
Ser Feliz no es “estar bien”, es un pasito más, pero sin duda necesario. Estamos bien cuando no tenemos grandes problemas, y los que tenemos los podemos manejar sin que nos superen, tenemos a nuestro alrededor gente que nos aporta energía positiva y realizamos actividades que nos gustan.
Leer másQUEDA OFICIALMENTE INAUGURADO EL PERIODO DE "OBJETIVOS PARA NO CUMPLIR"
Si nos marcamos objetivos demasiado ambiciosos, probablemente nuestro subconsciente maneja la posibilidad de fallar: es obvio: "no pude hacerlo porque era imposible" es mejor que "no pude hacerlo porque si no lo hago en octubre, a saber por qué iba a hacerlo más de 10 días en enero".
Leer másPROPÓSITOS DE CADA AÑO: UN MAL PLANTEAMIENTO CONDUCE AL FRACASO
Lo de los propósitos de Año Nuevo son como los coleccionables de Septiembre, que no pasas del tercer fascículo.
Tenemos los clásicos: apuntarme al gimnasio, comer sano, dejar de fumar, dedicar más tiempo a la familia, adelgazar tropecientos kilos, cuidarme, llamar más a la familia, ahorrar, estudiar todos los días, romper esa relación que nos aprieta el zapato….el resultado: fracaso.
El resultado del fracaso: cada vez somos menos constantes, porque la experiencia nos dice que no lo vamos a conseguir así que a la mínima oportunidad, volvemos a la rutina.
¿Qué es lo que falla para que no cumplamos nuestros propósitos?
En primer lugar nos puede la impulsividad (las uvas, que deben tener superpoderes de optimismo), y nos proponemos metas que tal vez sean demasiado grandes para emprender sin una planificación
En segundo lugar solemos trabajar en modo “reforzamiento a corto plazo”, es decir, buscamos resultados inmediatos de nuestros sacrificios, en vez de optar por el “reforzamiento a largo plazo”: mucho tiempo de sacrificio para alcanzar una meta real.
Si no cambiamos el chip en este punto, vamos fatal. Os pongo el ejemplo que yo sigo en muchos momentos: hay veces que me dedico a estudiar, organizar o intentar mejorar cosas del despacho, yo qué sé, cosas que me llevan tiempo en el que hay menos trabajo.
Podría dedicarme a descansar, pero lo que hago es “abonar el campo”. Trabajo duro preparando la tierra, una tierra marrón, así como sosa, sin nada visible, y sigo arando y abonando.
Os juro que la tierra si la miro cada día sigue igual de pavorosamente marrón, pero…. pasa el tiempo, y… aparecen los brotes verdes, aparece el fruto del trabajo (esta metáfora es real con el trabajo, con las plantas del mismo proceso no consigo que sobreviva ni una triste hortensia).
Cuando nos planteamos esos planes que, vamos, sin duda, nos van a cambiar la vida, vamos a ser los más guapos, sanos, organizados y felices del barrio, se nos olvida que no todo es cuestión de dinero: apuntarte al gym no adelgaza, de verdad.
Ir al dietista está muy bien para que te enseñe a comer mejor, pero si no mueves el trasero, sólo te gastarás el dinero en sus consejos y algo que te de para movilizar grasas o para reducir líquidos o vete a saber tu.
Ahorrar no es comprarte una hucha de cerdito y el primer viernes introducir el dinero que te costaba la cena a domicilio, básicamente porque es todo lo que va a tener el cerdito de “sólido” en su interior, luego terminará por ser utilizado para meter las monedas de 5 o 10 céntimos.
Y así podríamos seguir eternamente con la lista de “Si hay que hacer la lista de objetivos del año se hace, pero hacer por hacer, es tontería?
¿Cómo podemos ser más efectivos con nuestros objetivos?
Analizando la MOTIVACIÓN REAL: ¿es algo que nos gustaría o es algo que llevamos pensando tiempo y que los motivos para emprenderlo son poderosos?
Haz una lista con tus objetivos (como matar moscas con cañonazos no es muy efectivo, yo te aconsejo un objetivo único y que centres toda la artillería).
En el objetivo tienes que poner las ventajas de emprenderlo, y objetivamente, los sacrificios que vas a tener que realizarlos (aquí no te dejes llevar por el optimismo patrio, sé minucioso).
Describe el propósito de forma precisa: no es lo mismo “adelgazar” que “adelgazar 3 kilos”, “ir al gym” que “ir al gym lunes, miercoles y viernes a las 8”.
Subdivide el plan en metas sucesivas, hazlo de forma gráfica para que puedas ir viendo tus progresos.
Una caída no es una recaída. Si una semana no cumples tu objetivo, recupera fuelle y continúa. No somos máquinas, somos humanos (y el dulce tira mucho, las cosas como son).
Un paso, el primer paso, te aleja de aquello que quieres eliminar y te acerca a lo que quieres conseguir. Tal vez necesites 10.000 pasos, tal vez los 10 primeros te cuesten como si llevaras botas de cemento, pero según veas más lejos el comienzo, el camino se llevará más llevadero.
Y: fundamental: no emprendas bajo ningún concepto un objetivo sin total convicción, porque con ello fomentas en ti un sentimiento de fracaso, de debilidad, que no es real, es que claro, si te pones objetivos imposibles o que realmente no te apetecen, lo raro sería que lo cumplieras
Así, que, adelante: Enero no es para emprender los objetivos del año. Enero es para planificarlos.
Mucha suerte y recuerda: si te caes te levantas, te sacudes el polvo y sigues el camino hacia tu meta!
¿ES TU VIDA UN VALLE DE LÁGRIMAS?
El victimismo es un mal común entre las personas, una rémora que le impide avanzar hacia sus objetivos y le sirve de excusa para justificar conductas de pasividad y falta de iniciativa en la vida.
La persona que se considera una víctima cree que el mundo en general está en su contra, que tiene peor suerte que los demás, que hace "grandes esfuerzos" pero nunca logra nada mientras que para los demás la vida resulta un camino de rosas.
Leer másNEGATIVIDAD: ESA FORMA DE VIVIR SUFRIENDO
la posibilidad de llegar a tener una vida placentera o poder actuar con resilencia (venirse arriba ante las adversidades) viene mediado por las cogniciones, por las expectativas que tenemos respecto a las posibilidades de tener éxito en aquello que emprendemos.
Leer másPara aportar felicidad, sé egoísta!
El egoísmo es entendido habitualmente como un defecto en las personas, que piensan primero en sus necesidades que en las del otro.
Sin embargo, hay una connotación respecto al egoísmo bastante importante. El egoísta respecto a sus necesidades personales y su forma de ser feliz, es simplemente una persona que antepone su felicidad al bienestar de los demás, pero no causando daño a los demás, simplemente empezando desde el núcleo hacia el exterior.
Pongamos un ejemplo: el núcleo es nuestra felicidad, la capa externa es la felicidad de las personas a las que queremos. Pensamos que hay que hacer felices a los demás, a pesar, en ocasiones de nuestras propias necesidades o nuestro propio bienestar. En este caso hacemos felices a los demás y nosotros no somos felices. esta situación nos puede desgastar emocionalmente y hacernos vivir una vida en la que nos sentimos vacíos de ilusiones propias, con una autoestima dañada y dificultad para ser “nosotros mismos”.
Ahora pongamos una persona que antepone su felicidad personal a la de los demás. Encontrarse en paz consigo mismo hace que esa persona se encuentre más equilibrada, satisfecha y de ese bienestar interno, de esa felicidad, surge una forma de hacer feliz a los demás de forma natural, sana.
Es decir: debemos cuidarnos de ser felices para poder hacer felices a los demás.
Este concepto entroncaría con la noción de asertividad: la capacidad de la persona para expresar sus derechos, sus necesidades, sus opiniones, responder de forma adecuada a situaciones que no le resultan agradables o que van en contra de sus propios intereses.
Hay personas que son pasivas, incapaces de decir “no”, incluso cuando están en desacuerdo con algún hecho o situación. Piensan que negarse o mostrar desacuerdo les va a hacer personas impopulares, que van a perder amigos, que no van a ser queridos. Esto es una trampa: la gente te tiene que querer como eres, no sólo por los favores que haces. No necesitas personas que se aprovechen de ti, sino personas que te respeten y acepten como eres.
Podríamos decir que la persona asertiva se muestra como una persona egoísta, ya que antepone su felicidad a las exigencias externas cuando se oponen a sus necesidades. Todo, lógicamente hay que ponerlo en contexto, pero ciertamente, el poder luchar por la propia felicidad, ser más auténticos y libres respecto a nuestros deseos y necesidades, nos hace personas más capaces de apoyar, ayudar, acoger a los otros de una forma honesta, desde la sinceridad y no desde el miedo a no ser aceptados como somos realmente.
Practicar el egoísmo, como forma de respeto hacia uno mismo, al igual que procurar ser más asertivos, son prácticas básicas para encontrar un equilibrio interior y evitar convertirnos en dependientes emocionales, personas con baja autoestima o con una infravaloración de nosotros mismos.
Practica el egoismo! (y recuerda: esto no significa servirte el filete más grande de la bandeja)
SI EL MIEDO TE IMPIDE VOLAR... TOMA EL CONTROL DE TU VIDA
Nuestra cabeza se empeña en muchas ocasiones en decirnos que no podemos, o plantearnos todas las catástrofes y pegas posibles, como una forma de “protegernos” o simplemente por miedo al fracaso, aunque en realidad muchas veces solo nos mete piedras en la mochila, nos hace de freno innecesario.
Leer másUNA REFLEXIÓN DE CÓMO HABLAMOS: LA HISTORIA DEL "AIRÍN DE LAS NUECES"
Esta mañana tomaba café en la terraza de siempre, donde el dueño Juan, un hombre de pocas palabras, según me ve llegar me pone un café, saca unas galletas para los perros y se pone a hablarles muy serenamente mientras se las reparte.
Ni que decir tiene que Juan, al que jamás vi acariciar a mis perros, es el mejor amigo que tienen, y no es por las galletas, antes de que se las diera, siempre querían sentarse en esa terraza.
Bueno esto es una pequeña introducción que sólo sirve para poneros en contexto: estoy en mi pueblín asturiano y la paz, los paseos, la calma me han hecho que la inspiración, y la reflexión se hagan más acentuados.
Ya es Septiembre y aunque hace un tiempo espectacular, por las mañanas corre un viento fresco. Así lo diría yo y muchos de vosotros.
Pues bien, en esa terraza había un grupo de amigos desayunando y se pusieron a hablar del tiempo y una mujer dijo: “yo ya saqué una rebequina, porque se nota el airín de las nueces”.
Y me di cuenta de dos cosas en particular, por una parte la conexión en los pueblos que hay entre la naturaleza y su propia vida, como las estaciones, la vegetación, los animales, forman parte de su vida, marcan su tempo (a las mareas vivas les llaman las mareonas, por ejemplo)
Todo fenómeno de la naturaleza tiene su nombre y su conexión con su día a día, ése que hemos perdido en la ciudad y que a veces nos hace desconectar del entorno, vivir absortos en cuestiones importantes, sin duda, pero que no alimentan nuestro espíritu.
Viento es viento y necesita chaqueta, no es el tiempo en que las nueces están a punto, los avellanos han dado sus frutos, ya se ve como será la temporada de castañas y los manzanos empiezan a teñirse de rojo y de verde.
Las cosechas ya casi ni importan, porque los invernaderos han hecho desaparecer los productos de temporada. La playa sirve para ponerte como un tizón, síntoma de que te lo has pasado fenomenal y de que has veraneado (lo del cáncer de piel es para algunos completamente secundario).
Muchos han ido a la playa y no han dedicado ni cinco minutos a mirar las olas, el horizonte, respirar, integrarse con el entorno, el objetivo es tirarse en una toalla y vuelta y vuelta hasta estar segura que te alabarán el moreno (y por supuesto, subir historias al instagram con la paella de marras).
Eso para mi no es veranear, respeto a todo aquel que tenga tiempo para eso o disfrute de ello, pero lo que realmente me apasiona es todo el que utiliza su tiempo de veraneo para empaparse de todo aquello que no puede tener a diario (y si es sin selfies, mejor).
Que enseñan a sus hijos a tirar cantos rodados al río, que les explican geografía desde un mirador, que les enseñan cómo se llaman los árboles, qué frutos dan, cómo curarte de la picadura de una ortiga, que se tumban a buscar figuras en las nubes, que leen, respiran, pasean, descubren, guardan el teléfono en silencio, al fondo de la mochila y se dedican a vivir.
Esta era la primera parte de la reflexión, la referida a que dejemos de ir por la vida como cohetes teledirigidos y nos demos tiempo para disfrutar de lo pequeño, de lo ínfimo, de lo cotidiano. A veces la simple sonrisa de un niño, ya te valió el día.
La otra parte de mi reflexión se refiere a cómo hablamos a los demás y cómo nos hablamos a nosotros mismos. Somos hoscos, cortantes, no somos demasiado cariñosos ni cercanos, aparte de estar perdiendo la capacidad del diálogo con tanto mensajito por teléfono.
En Asturias tienen una forma muy dulce y particular de hablar, algo cálido que te predisponer a la sonrisa, a la empatía. La comida no es un filete con patatas, en un filetín con papatinas, que no sé a mi me da que se ha hecho con amor, (y más cuando no te acabas la comida y te sale la cocinera de la cocina para preguntarte si no te gustó o que comas más, que estás muy delgadina).
No hay viento, hay airín, culines de sidra, perrines, no hay gente, hay paisanos… todo es más cálido, más próximo. Y se habla así a los demás y a uno mismo.
Si ahora recapacitamos sobre cómo hablamos a los demás y cómo nos hablamos a nosotros mismos podemos ver cierta dureza en ocasiones, las prisas, la falta de solidez en las relaciones que forjamos más allá de nuestro núcleo de amigos pueden ser las causas.
Pero también nos hablamos a nosotros así, el asco de pelo, soy lo peor, vaya careto traigo, seré inútil… nos encanta fustigarnos, como si fuéramos menos de lo que deberíamos ser, sin darnos cuenta que somos lo que somos, y nosotros, queriéndonos a nosotros mismos, tendremos muchas más probabilidades de ser felices y hacer llegar a los demás esa felicidad.
Seamos cálidos en nuestras relaciones, seamos amables con nosotros mismos. Utilicemos el lenguaje para que nuestro estado de ánimo mejore (lo que nos decimos tiene una relación directa con nuestro estado de ánimo).
Os animo a probar estas dos cosas durante una semana:
Mirar a vuestro alrededor, a los árboles, a los niños, a los perros, a los ancianos paseando tranquilos por el barrio, a los amigos riéndose y compartiendo anécdotas, empaparos de lo bueno del entorno
Observad, y si podéis, salid fuera, a la sierra, al campo, al parque, a respirar, ver, disfrutar, sin prisa, dejando la mente con el teléfono en silencio, sólo dejando que vuestros sentidos cobren protagonismo
Revisad cómo habláis y como os habláis, el cariño de las palabras es un boomerang, das y recibes de la misma manera.
Yo seguiré por aquí, trabajando e intentando haceros pensar, otras contando cosas sobre trastornos, otras simplemente intentando que paséis un buen rato.
Necesitaba mi paz, mi casina, mis praos para poder volver a escribir, porque yo misma había dejado de sentir, pero todo vuelve, afortunadamente, y cuando la ilusión vuelve, la sientes de una forma renovada.
Feliz Día de la Santina.
EGOÍSMO BUENO Y EGOÍSMO MALO
Ser "egoísta emocionalmente" (no sale en wikipedia, me lo he inventado yo para hacerme entender), supondría ser conscientes de nuestras propias necesidades individuales y anteponerlas a las necesidades de los demás, siempre que no se invada a nadie ni a nada.
Leer másLOS BUENOS PROPÓSITOS DE SEPTIEMBRE
Disfrutad del camino, y para ello, para que podáis comenzar una pequeña reflexión de la importancia del proceso y su disfrute más que de los resultados, os dejo el poema de Itaca, sin duda todo un compendio de lo que debería ser cómo llegar a un objetivo.
Leer másAFRONTAMIENTO DE LA VUELTA AL TRABAJO: "EL DRAMA DE SEPTIEMBRE"
Lo nuestro es quejarnos, lo tengo comprobado.
Ayer estaba cenando con mi hijo en una terraza y asistía a una de las situaciones cotidianas de todos los veranos: “las cenas de reencuentro”.
Aquí los besos son más largos, las palmadas en la espalda más fuertes y el buen rollito se palpa. Obviamente a la gente le gusta reencontrarse con los amigos.
La tipología del reencuentro está en el veraneante de playa nacional (moreno a tope, aunque haya ido cuatro días a la playa), tostado y pelo descuidado (vacaciones exóticas, probablemente en Bali, Vietnam, etc, que es como haber ido a Eurodisney hace 20 años: un imprescindible.
Y el que pone cara de sufrimiento porque ha pasado el verano trabajando, ése es nuestro ídolo: el listo.
Al que todavía le queda disfrutar, más barato, siendo el centro único de las envidias “cuando lo cuente” y que se ha pasado un veranito sin tener que esperar ni cinco minutos para que le den mesa en el restaurante.
Cada vez se toman menos días de vacaciones, pocos son los que disfrutan del mes completo (bueno, y los maestros, que no son envidiables en absoluto, porque un mes de vacaciones y volver a un trabajo “civilizado” no es lo mismo que ponerte el traje de domador y conseguir poner un poco de orden en unos niños), que como niños que son, han olvidado la rutina completamente.
Les dan una semana de trabajo sin niños: un equipo psicológico full time les daba yo, las cosas como son.
La gente se va 15 días de vacaciones y yo escucho con auténtico estupor su drama de la vuelta al trabajo. ¿en serio? Yo lo que no entiendo es cómo aguantan trabajando todo el año.
De repente se han alterado sus ritmos circadianos, se quejan de la cantidad de trabajo, de volver tarde a casa, de las rutinas, los atascos que se chuparán…como si fuera algo mucho más espantoso de lo que fue en el pasado, y sin embargo, en las charlas de fines de semana durante el invierno la gente está tan normal, sin estos dramas extremos.
Volver a las cosas que no nos gustan: madrugones, imposiciones, problemas, prisas, estrés, es sin duda alguna un fastidio, pero fastidio no es drama.
Claro que es mejor la terracita, el chapuzón y el helado sin prisas, pero es justamente el valor de ese tiempo lo que da sentido a la vida como tal: la alternancia entre el esfuerzo y el reposo.
Lo que nos decimos a nosotros mismos dirige nuestra actitud: si vamos como corderos degollados, totalmente atentos “a lo malo” de volver, la vuelta al trabajo se volverá insoportable.
Los hay que realmente lo sufren como un drama porque es un drama. Pero el drama lo tienen también en invierno.
Tal vez una búsqueda activa de nuevo trabajo, un replanteamiento de las condiciones laborales, nuevas actividades en invierno que rompan la rutina y hagan más llevadero el día a día, sean necesarias para estas personas.
Por lo tanto, sí: quejémonos, el único deporte que todos practicamos fantásticamente, pero también seamos realistas respecto a que un exceso de angustia ante la vuelta al trabajo está indicando problemas que dejamos sin resolver antes de irnos.
Trabajadores quemados, falta de motivación, problemas de relaciones con compañeros, una actitud poco proactiva… un asco absoluto hacia lo que estamos desarrollando.
Todo cabe, pero si la vuelta al trabajo es un auténtico drama, del de dormir mal tres días antes, piensa que no es por lo bien que lo pasaste en vacaciones, que utilizaste la desconexión para aparcar el problema, y el problema está ahí, acogiéndote amoroso para seguir dándote un año de calvario porque algo no estás haciendo bien.
A todos los que habéis disfrutado de las vacaciones: por favor: no enseñeis más de diez fotos, no contéis más de diez anécdotas.
Las vacaciones se están convirtiendo en el momento post-boda del amigo que te invitaba a ver el video de la boda y tu le preguntabas a tu pareja si habría bebidas fuertes o ya salías de casa con cuatro tequilas para anestesiar el momento.
Haced de este inicio una oportunidad de disfrutar del trabajo, y si esto no es posible (hay trabajos indisfrutables), montaros el plan B de vivir cuando se sale de hacer eso que buenamente te toca hacer para llenar la nevera.
No vivas la vuelta como un drama. Ya queda un día menos para las próximas aventuras: habrá que trabajar para ir ahorrando y poder igualar o superar lo de este año.
¿ENFADADO CON EL MUNDO?
Hay personas que parece que se han enfadado con el mundo. Siempre se están quejando de todo y la misma expresión de su rostro refleja acritud. Son personas adustas.
¿POR QUÉ HAY PERSONAS QUE SE ENFADAN CON EL MUNDO?
Simple y duro: porque no se soportan a ellas mismas.
Hasta aquí creo que casi todos (menos "los rancios") lo tenemos muy claro. Que levante la mano el que no tengo algún conocido de esos que parece que habita en Mordor y siembran un clima de malestar con sus comentarios, sus actitudes o sus gestos.
No veo manos y sí cara de circunstancias. Los conocemos, los aceptamos con resignación, pero no llegamos a comprenderlos, porque ni ellos mismos se comprenden.
¿DE DÓNDE VIENE ESE ENFADO CON EL MUNDO?
El problema de esa falta de satisfacción personal debe pasar el filtro de la introspección.
En ocasiones las personas se ponen metas muy elevadas o consideran que el "por ser vos quien sois" es suficiente para lograr todas sus metas, pero éstas son tan elevadas que no se dan cuenta que para llegar arriba hay que ir subiendo los peldaños, y algunos andan flojos.
Existe en muchos casos una BAJA TOLERANCIA A LA FRUSTRACIÓN que ocasiona abandonos constantes en los proyectos, sensación de hastío y la consideración del mundo como un valle de lágrimas.
En otras ocasiones las personas se centran en lo que tienen los demás, y no hablo de pertenencias, hablo de algo más difícil de obtener porque no se compra con dinero: tienen ilusiones, y ellos no, lo que les supone una gran insatisfacción que vierten al exterior.
No se preguntan si "tal vez" deberían analizar que la ilusión es algo que nace de uno, que no puede copiarse ni imitarse, que el autoconocimiento puedo llevarnos a saber lo que nos gusta y lo que no, sin más, aunque con nuestros gustos entremos directamente en la categoría "perro verde" (perro verde es mejor que ser de los tristes).
Ver una persona ilusionada con su nueva moto de quinta mano, comprarnos una moto de 1.200 cc y pensar que a más cilindrada más ilusión y ver que no, que sólo tenemos una moto pero no nos mueve por dentro nos hace enfadarnos con el mundo.
Es éso, tan sencillo como eso. Las personas se enfadan con el mundo porque no consiguen la satisfacción personal que ven en otras personas con pequeñas o grandes cosas. Nada les llena, y se convierten en personas amargadas, tristes, en muchas ocasiones faltas de empatía o simplemente antipáticas o egoístas.
¿Y ESTAS PERSONAS PUEDEN RECONCILIARSE CON EL MUNDO Y LA HUMANIDAD?
SÍ, POR SUPUESTO.
Es un trabajo terapéutico intenso, descentrar a la persona del concepto "mi ombligo es el centro del mundo" es complicado, porque en principio lo ven como un ataque personal.
Son personas con muy baja autoestima, probablemente un pasado con dificultades en el que no encontraron los apoyos suficientes y poca capacidad de análisis de su situación personal y de por qué no son capaces de sentir satisfacción.
Probablemente tengan un pobre autoconcepto y sean... pelín envidiosas de la felicidad ajena.
Enseñarles a disfrutar de las pequeñas cosas de su vida, que aprendan a valorarse y comprender que su actitud personal frente a las personas es también importante y suele producir un efecto boomerang: si soy amable son amables, si sonrío me sonríen, si alegro se alegran de verme.
Y sonreír a la vida, aunque toda la satisfacción que puedas encontrar en un momento dado sea...comprarte un body milk con tu olor favorito, por algo se empieza, es tu olor es tu body milk y es la satisfacción que te produce olerlo.
"Los tristes" son uno de los núcleos de tratamiento más difíciles que existen, por su resistencia al cambio.
Necesitan terapias combinadas de varios tratamientos y varios frentes que tratar, sin embargo, que aprendan a encontrar dentro de ellos la ilusión es reconfortante y una de las labores más apasionantes con las que nos encontramos.
RENCOR: ESA CADENA QUE TE IMPIDE AVANZAR
Sentir rencor es una de las peores formas de gestionar la vida. Impide a la persona disfrutar del presente, viviendo y reviviendo las afrentas del pasado.
Sin lugar a dudas, aún no siendo un trastorno psicológico, es uno de los motivos en los que mas claramente se requiere una terapia psicológica para conseguir que la persona supere la rabia y se desprenda de unas emociones negativas que pertenecen al pasado.
Leer más